lunes, 4 de febrero de 2008

Societé Générale sentada en el banquillo por presunto blanqueo de dinero

PARÍS.- El banco francés Societé Générale, y su presidente, Daniel Bouton, son parte de los 142 acusados de un proceso judicial por presunto lavado de dinero abierto este lunes en París, en un momento en que esa entidad financiera se encuentra en el ojo del huracán por sus colosales pérdidas.
En total 138 personas físicas, entre ellas Bouton, y cuatro bancos, entre los que se destacan Societé Générale o el Barclays-Francia, serán juzgados por malversación en un asunto centrado en el tráfico de cheques entre Francia e Israel entre 1996 y 2001, delito por el que podrían merecer hasta diez años de cárcel.

El caso se llama "Sentier II", nombre del barrio de París donde se aglutinan los fabricantes de ropa al por mayor. Sus comerciantes, asociaciones y particulares vinculados de una forma u otra a este barrio habrían cometido un delito de lavado de dinero que les permitió disimular otros crímenes como el fraude fiscal, al cambiar de forma ilegal cheques contra dinero líquido fuera de Francia.

Los cheques eran presentados en oficinas de cambio de Israel, donde la ley permite cambiar un cheque por dinero líquido a una persona diferente al destinatario. Después, las cantidades eran dirigidas por diferentes bancos israelíes a una entidad financiera correspondiente en Francia, entre ellas la Societé Générale.

Concretamente, las agencias de Société Générale en diversas ciudades de Francia tenían cuentas cuyos titulares transportaban cheques de origen fraudulento a Israel y repatriaban las sumas de dinero a Francia gracias a oficinas de cambio y bancos israelíes.
En total, la investigación estima que el banco francés recibió en total unos 46 millones de francos o siete millones de los actuales euros entre 1997 y 2001.

A los bancos acusados se les reprocha que contribuyeran a este lavado de dinero dejándolo prosperar pese a conocer todo el sistema ilegal que estaba por detrás, algo que estas instituciones niegan.
"La Société Générale y sus representantes no participaron conscientemente en este sistema y en ningún caso cometieron el delito de lavado de dinero que se les reprocha", insistió su abogado, François Martineau.

Bouton también está acusado de dejar que este sistema avanzara, aunque según su abogado, Jean Veil, nunca tuvo conocimiento de lo que se 'cocinaba' por detrás.
La Societé Générale se encuentra en una situación difícil desde hace dos semanas, cuando anunció que uno de sus empleados, un corredor llamado Jerome Kerviel, había provocado pérdidas de 4.900 millones de euros al realizar operaciones no autorizadas en los mercados, sin que ningún sistema de control lo detectara.

A esta cantidad se suman 2.000 millones de euros de depreciaciones provocadas por la crisis de créditos inmobiliarios de alto riesgo en EEUU (los 'subprimes'). Frente a esta crisis, el primer banco francés, BNP Paribas, admitió el jueves que, al igual que otras entidades financieras europeas, está "planteándose" la posibilidad de formular una oferta de compra sobre Societé Générale.
Bouton, por su parte, se esfuerza en preservar la independencia de su banco pese a que su cargo está también en la cuerda floja.
Por otra parte, algunos controles internos de Societe Generale fallaron o fueron ignorados durante el fraude enorme en el banco francés atribuido a un operador, según afirmó hoy la ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde.
Muy claramente, ciertos mecanismos de los controles internos de Societe Generale no funcionaron, y los que funcionaron no siempre fueron seguidos con las modificaciones apropiadas, según Lagarde, después de presentar a las autoridades francesas un informe sobre las pérdidas cuantiosas del banco.

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