lunes, 3 de marzo de 2008

En clave económica electoral / Carolina G. Cortines

La semana que comienza, última de la campaña electoral española, nos va a traer un conjunto de resultados económicos que previsiblemente confirmen que hemos entrado en lo más profundo de la crisis económica derivada de la crisis financiera originada en Estados Unidos. En España vamos a conocer tres datos muy relevantes para medir el pulso de la economía después de que el Banco de España advirtiera el pasado miércoles que la desaceleración es más profunda de lo estimado inicialmente. El primero de ellos lo conoceremos el martes cuando el INEM dé a conocer la cifras del paro registrado. Se temen datos negativos pese a los cambios de contabilización. Los del mes de enero, con 132.378 desempleados más, fueron los peores datos registrados desde que se implantó el sistema.

El segundo de los datos significativos que vamos a conocer en España esta semana será la evolución del índice de confianza del consumidor correspondiente a febrero, que ofrece a través de una encuesta el Instituto de Crédito Oficial. El tercero se conocerá el miércoles, cuando el INE publique las cifras de la evolución de la producción industrial desde enero. En diciembre la actividad industrial cayó el 2,4% en tasa interanual.

Los datos de la semana serán la continuación de otra en la que se han confirmado algunas de las peores expectativas generadas tras el inicio de la crisis. Se ha producido un nuevo récord de la cotización del euro y del precio del petróleo, la Comisión ha aplicado la mayor multa a una empresa, Microsoft, por dificultar la competencia y hemos conocido que al menos cien españoles están en la lista de evasión fiscal de Liechtenstein.

En cuanto a la crisis de las hipotecas de alto riesgo, la semana pasada ha terminado con la publicación de un informe por parte del banco suizo UBS en el que estima que la crisis va a causar unas pérdidas de 600.000 millones de dólares. Ninguna otra crisis financiera mundial había generado hasta ahora semejante ‘agujero’. Según el primer banco suizo y uno de los cinco primeros del mundo por capitalización, activos y beneficios, sólo los bancos y compañías de seguros deberán registrar pérdidas por valor de 350.000 millones en el ejercicio 2007; dado que hasta ahora sólo han reconocido 150.000 millones, parece que la crisis está aun lejos de haberse superado.

El banco suizo no especifica cómo se llega a contabilizar el resto de las pérdidas hasta los 600.000 millones, pero da por hecho que las cifras son irrefutables. Como los norteamericanos no empezarán a recibir sus cheques de 600 dólares hasta el mes de mayo —según el plan de relanzamiento de la economía de EEUU propuesto por Bush—, las únicas medidas con efectos previsibles son la nueva bajada de tipos de interés que pueda anunciar la Reserva Federal en su próxima reunión de este mismo mes. Del BCE, que se reúne este jueves, no se espera ninguna actuación.

En el ámbito financiero, el banco francés Société Générale tratará de acabar su proceso de ampliación de capital de 5.500 millones de euros para elevar su ratio de solvencia hasta el 8 por ciento que exige la norma, desde el 6,6% en el que le han dejado las provisiones por la depreciación de activos por sus implicaciones en la crisis ‘subprime’, más los 4.800 millones por los riesgos asumidos por Jerôme Kerviel.

La operación parece que es ya un éxito dado que los bancos encargados de la operación, JP Morgan y Morgan Stanley, habrían encontrado el ciento por ciento de los recursos, aunque esperarán hasta el día 11 para darlo a conocer a los mercados y a los medios de comunicación. Hasta entonces se seguirá tratando de conocer qué resultados están dando las negociaciones para que el Gobierno español autorice una mayoría de capital en Bankinter a cambio de que el Santander pueda hacer algo similar en Société Générale. A la Embajada de Francia en Madrid parece gustarle este baile. La semana pasada la acción ha subido un 10% por estos datos y los rumores de que BNP también prepara una opa sobre la entidad.

Con este panorama comenzamos una semana clave, no sólo en términos políticos, sino tambien económicos, para que los votantes acudan a las urnas con algunos datos más que influirán sin duda, aunque sea a medio o largo plazo, en sus bolsillos.

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