miércoles, 26 de marzo de 2008

El supervisor financiero británico admite fallos en el control de Nothern Rock

LONDRES.- El supervisor financiero británico, la Financial Services Authority (FSA), admitió fallos en el control de la evolución de Nothern Rock, el banco que pasó a manos del Gobierno de Gordon Brown el pasado mes de febrero como consecuencia de los efectos de la crisis del mercado de crédito, en lo que constituyó la primera nacionalización de una entidad financiera en Gran Bretaña en 30 años.

La FSA reconoció que, en el caso de Northern Rock, hubo una "ausencia de la adecuada revisión", puesto que se asignaron muy pocos reguladores para seguir la evolución del banco una vez sus problemas se agudizaron a raíz de la crisis de las hipotecas 'subprime'.

Por boca de su presidente, Hector Sants, el organismo asumió que la supervisión desde que se agudizó la inestabilidad del mercado a finales del pasado verano "no se llevó a cabo bajo los estándares que son aceptables". No obstante, aclaró que "es imposible determinar" si otro proceder hubiese influido en el resultado que, finalmente, llevó a la nacionalización.

En consecuencia, Sants se comprometió a revisar los procedimientos de control a raíz de los fallos detectados en torno al Nothern Rock y aprovechó para garantizar que la nueva agenda de trabajo de la FSA incluirá las "medidas adecuadas" en todas las firmas significantes supervisadas.

En el caso del Nothern Rock, la crisis obligará a recortar en torno a unos 2.000 empleos hasta el año 2011 y reducir a la mitad su capacidad de préstamo hipotecario, además de afrontar una deuda de 25.000 millones de libras esterlinas (unos 32.000 millones de euros).

Por su parte, FSA diagnosticó a partir de una auditoría interna las áreas susceptibles de mejora en las tareas de control de los bancos y prevé aumentar la plantilla dedicada a revisar lo que denominó compañías de "alto impacto" para asegurar el funcionamiento de los procesos.

En este sentido, entre los fallos detectados en el caso del Nothern figuran una insuficiente coordinación en la evaluación de la situación derivada de los cambios acaecidos en el mercado por la crisis crediticia, carencias en la revisión y una actuación de perfil bajo a la hora de asegurar que todos los riesgos potenciales eran adecuadamente interpretados.

Con todo, pese a los defectos detectados, el supervisor financiero defendió su filosofía de operar bajo una estructura de regulación de principios de base y considera que la responsabilidad última de la crisis del Nothern debería recaer en la dirección de la compañía. "Las juntas directivas de las compañías reguladas ostentan la responsabilidad primaria de asegurar la solidez financiera de sus instituciones", declaró.

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