martes, 18 de marzo de 2008

Bush busca tranquilizar ante el fantasma de una ampliación de la crisis

WASHINGTON.- El presidente estadounidense, George W. Bush, reconoció el lunes que la economía de Estados Unidos vive tiempos "difíciles", pero aseguró que su gobierno está controlando la situación, ante los temores de que la crisis se generalice.

"Vivimos tiempos difíciles, pero una cosa es segura, hemos actuado de manera firme y decidida", dijo Bush días después de una espectacular intervención de la Reserva Federal estadounidense (Fed) para evitar que la crisis se extendiera al resto del sistema financiero, no sólo de Estados Unidos, sino de todo el mundo.

"Usted ha mostrado al país y al mundo que Estados Unidos controla la situación", dijo, dirigiéndose a su secretario del Tesoro, Henry Paulson, después de que éste y el equipo económico le rindieran cuenta de los hechos. Bush también destacó las seguridades dadas por Paulson, en el sentido de que las instituciones financieras estaban fuertes y que los mercados funcionaban "eficientemente".

Según la Casa Blanca, la reunión de Bush con sus principales colaboradores formaba parte de sus reuniones ordinarias, pero el fin de la sesión quedó abierto a la prensa, contra lo habitual, debido al "fuerte interés por lo que el presidente escucha y piensa", según la portavoz Dana Perino.

Bush aseguró que respalda la iniciativa tomada por la Fed pese a las reservas con que fue recibida. La Fed continuó el domingo una serie de iniciativas poco comunes después de varios meses ante la crisis: favoreció la compra del banco de inversiones Bear Stearns, gran participante en las operaciones financieras; creó una nueva forma de crédito a favor de los grandes bancos de inversiones; y bajó su tasa de descuento en un cuarto de punto porcentual.

Se trataba de impedir que la caída de Bear Stearns arrastrase consigo a otros protagonistas, mediante el aumento del acceso al crédito, que está cada día más limitado para los bancos y otras instituciones y, según las palabras de Bush, de "poner orden" en los mercados.

Sin embargo, la bolsa de Nueva York terminó el lunes una sesión agitada de forma dispar. El Dow Jones ganó un 0,18%, pero el Nasdaq perdió un 1,60%. Previamente, las bolsas asiáticas, y luego las europeas, habían caído.

La caída de Bear Spearns no hizo más que agregar inquietud a las malas noticias venidas de Estados Unidos. Así, el dólar siguió cayendo ante el euro y el yen.

La cuestión es saber si las medidas de Bush serán suficientes para capear la crisis. El gobierno estadounidense "seguirá de cerca la situación y, si fuera necesario, actuará de forma resuelta para seguir poniendo orden en los mercados financieros", declaró Bush.

Tras reunirse con su equipo económico en la mañana del lunes, el presidente convocó por la tarde a su grupo de trabajo especialmente dedicado a los mercados financieros, con el presidente del banco central, Ben Bernanke.

La portavoz de la Casa Blanca fue clara al indicar que este grupo mantendrá a Bush informado de la reacción de los mercados. La acción de la Fed apuntaba a "minimizar las perturbaciones más amplias sobre los mercados financieros, y la inquietud sobre si hay realmente posibilidades de perturbaciones futuras (...) y veremos qué ocurre hoy", dijo Perino.

Antes del fin de semana, Bush había insistido sobre la necesidad de no "reaccionar en exceso" y comparó la conducta de la economía con la de un automóvil en circunstancias peligrosas. El presidente rechazó un intervencionismo innecesario.

Según su portavoz, Bush reconoció que sus decisiones pueden ser descritas como una inyección de dinero público, algo que contradice los principios de librecambio del mandatario. Pero alegó que no había tenido otra alternativa ante la gravedad de la situación. En cambio, el secretario del Tesoro se negó a "especular" sobre una intervención para reforzar el dólar.

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