sábado, 29 de marzo de 2008

Crisis inédita en los mercados financieros / Francisco Poveda

La crisis financiera global, que ya conlleva brusco descenso del consumo, encarecimiento energético galopante y desempleo prolongado sin retorno entre la fuerza de trabajo menos cualificada, resulta inédita e incierta en sus últimas consecuencias por ser la primera que afecta simultáneamente a todas las regiones económicas del planeta. Nunca antes ocurrió nada igual.

Por eso no terminan de afinar bien con sus recetas y pócimas macroeconómicas y monetarias Bernanke ni Trichet: el escenario aporta muchas novedades no simuladas con anterioridad. Hasta el Japón puede ver truncada la salida de su larga y particular crisis de la última década, aunque su condición de fuerte acreedor de Estados Unidos en el mercado internacional de bonos, lo puede conducir otra vez a ser el Imperio del Sol Naciente con el permiso de China, el otro gran acreedor.

La Unión Europea ya reconoce, sin embargo, que se verá seriamente afectada mientras potencias emergentes, como China e India, descompensan la demanda de energía, encarecen el petróleo y agotan las materias primas conforme aumenta su nivel de vida. Sólo una fuerte contracción de la demanda de bienes en EE UU pudiera ralentizar un particular proceso nada reversible gracias a la debilidad del dólar frente al euro y el yen.

El yuan chino está sobrevalorado mientras la libra esterlina se va ajustando a la baja respecto de las monedas más fuertes. En ese caldo de cultivo, los vistos con recelo fondos soberanos de países productores de petróleo ven la oportunidad de quedarse con la riqueza de Occidente a precio de saldo pese a la devaluación "de facto" de los petrodólares en su poder.

El Mundo ya no volverá a ser igual que antes de 2007. Será ferozmente mucho más competitivo y los territorios que no lo entiendan así, serán marginados del nuevo proceso con toda seguridad. El Mediterráneo europeo concretamente, corre cierto peligro de centrifugación por ostentar un modelo productivo bastante caduco, obsoleto y sin reemplazo a la vista. Agricultura del siglo XIX, industria algo anticuada en sus procesos y unos servicios demasiado dependientes de la suerte de todo lo anterior, aparte de la situación en que queden los mercados europeos occidentales para sus exportaciones.

La desrregulación de los mercados financieros ha producido en el sistema tan fuerte sacudida, que los efectos combinados de una falta de control bastante y de conocimientos profesionales suficientes para la novedad han conducido a tal falta de confianza en el interbancario, que ahora el colapso si es posible en el horizonte visible. Una fuerte retracción del consumo significaría una regresión en el tiempo, con probables crecimientos netos por debajo de cero en el caso de España, Francia, Gran Bretaña, Italia, Irlanda, Grecia y Portugal.

Un mínimo del 80% de los créditos a inmigrantes no europeos en España están resultando ya fallidos, dentro de una espiral de morosidad prácticamente segura y nunca alcanzada, que viene siendo vaticinada por Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid, desde hace ya bastantes semanas mientras otros gestores más provincianos e ignorantes tratan de esconder su pésima gestión de directivos con unos balances muy forzados y heterodoxos, avalados por terceros a minuta, lo que resta credibilidad de cara a la captación de capitales y mina la confianza del pequeño ahorrador.

España, además, asusta ahora en el exterior por el ajuste brutal que se percibe en el sector de la Construcción y por un modelo económico muy descompensado en cuanto a composición del PIB, que agravará, profundizará y alargará la recesión en ciernes, que nos llega del otro lado del Atlántico, por la sangría que para el dólar ha supuesto la costosa guerra de Iraq, estimada en tres billones por Stiglitz.

Los analistas más rigurosos pronostican toda una década antes de volver a la situación anterior al verano de 2007 por semejante detracción de recursos si se suma el billón y medio de agujero dejado por las hipotecas subprime y ninja.

Resulta, por eso, poco menos que penoso ver a un nutrido grupo de cajas de ahorro españolas, no sólo mediterráneas, ojo, errantes por el Mundo en busca de inversores imposibles, a quienes convencer de que su falta de liquidez ya crónica no se corresponde con semejante situación de insolvencia en el balance por una excesiva exposición al riesgo del ladrillo, es una tarea de titanes en esta coyuntura de fuerte turbulencia e incertidumbre.

La banca global y la prensa económica internacional de referencia han venido adelatando, pese al mentís del Banco de España, que la situación de nuestro sistema financiero era y es bastante comprometida. Los rumores inquietantes e intensos sobre cuatro o cinco cajas de ahorro radicadas en el cuadrante sureste peninsular, lejos de ceder, se retroalimentan mediante una casuística difícil de probar pero que no deja de inquietar a los impositores de cierto fuste por muy verosimil ante el sospechoso silencio o fantasía de las aludidas.

Si bien es cierto que una caja de ahorros no puede quebrar por su carácter de entidad de derecho público, no lo es menos que la falta de recursos suficientes para su normal desenvolvimiento puede aconsejar una redimensión a la baja si se pierde la nueva batalla por la captación a la desesperada de pasivo a un precio asumible por el negocio financiero. Ahí está más de uno mostrando sus vergüenzas después de dos lustros olvidándose de la economía productiva en favor de la puramente especulativa.

Dada la fuerte competencia son previsibles ciertas mutaciones y fusiones de las entidades no ganadoras en esa batalla con otras que sí lo son. Y hasta la desaparición de las que elijan el sentido contrario y se equivoquen. El momento resulta apasionante para los observadores cualificados y para los profesionales más jóvenes por lo que de prólogo tiene de un nuevo orden económico universal, que se necesita y desea sea mucho más justo y de garantía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario