sábado, 8 de marzo de 2008

El BCE prioriza la lucha contra la inflación y se aleja de la Fed

FRANCFORT.- El declive del dólar frente al euro se acentuó tras la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de mantener sus tasas para luchar contra la inflación en vez de recortarlas en beneficio del crecimiento, una estrategia que le diferencia cada vez más de la Fed.

El BCE ha mantenido en el 4% su principal tasa de interés en los últimos 10 meses para cumplir con su objetivo prioritario de combatir la subida del índice de los precios al consumo (IPC).

La institución dejó en claro que la inflación, que se elevó en enero y febrero a un 3,2% interanual -su mayor nivel desde la creación del euro en 1999- sigue siendo su principal enemiga.

El BCE también revisó al alza las previsiones del IPC para este año y el próximo, a 2,9% y 2,1%, respectivamente, y no estaría dispuesto a recortar sus tasas hasta que los precios bajen, estimaron analistas.

Ambas cifras superan el objetivo de inflación del BCE, ligeramente inferior al 2%.

Aunque bien el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, señaló que los cimientos económicos de la Eurozona permanecen "sólidos", admitió que el crecimiento está decayendo y revisó a la baja sus previsiones de alza del PIB para 2008 y 2009, a 1,7% y 1,8% respectivamente.

La inflación se nutre del aumento de los precios del petróleo y los alimentos, por lo cual al BCE le sirve un euro fuerte que compense en parte las elevadas cotizaciones de las materias primas, que se venden en dólares.

"El alza actual de los precios de las materias primas, incluidos los alimentos, que resulta en particular de una oferta inferior a la mayor demanda de los mercados emergentes, nos recuerda que la globalización también puede implicar riesgos para la inflación mundial", indicó Trichet el viernes.

"Es evidente que el BCE quiere aplazar un primer recorte de las tasas para compensar la inflación provocada por las materias primas a través de una apreciación en el tipo de cambio", estimó Sylvain Broyer, analista de Natixis.

Pero la apuesta del BCE es arriesgada porque los efectos apaciguadores del euro fuerte sobre la inflación "no compensan las pérdidas que implica a nivel de las exportaciones", añadió Broyer, que estima que la institución recortará en junio sus tasas de interés.

En cambio, Holger Sandte, analista de WestLB, estimó que el banco central no rebajará sus tasas a menos que el crecimiento decaiga de manera brutal.

La decisión del BCE de mantener las tasas en 4% fue adoptada de manera unánime, indicó Trichet, mientras que la Reserva Federal estadounidense (Fed, banco central) se dispone a recortar nuevamente las suyas el 18 de marzo para estimular su tambaleante economía.

La Fed ha reducido en 2,25 puntos porcentuales su tasa directriz desde mediados de 2007, hasta fijarla en 3%. Los analistas esperan un nuevo recorte de medio punto porcentual el 18 de marzo.

Tras el anuncio del BCE el jueves, el derrumbe del dólar se acentuó. La divisa única europea se acercó a los 1,55 dólares, su mayor nivel desde su lanzamiento en 1999, y despertó nuevamente la alarma en algunos medios políticos y empresariales, sobre todo en Francia, que se queja de una moneda fuerte que penaliza a sus exportaciones.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) consideró que el euro se halla en una "versión fuerte" de su valor y le aconsejó "estar listo para responder con flexibilidad" en caso de que su fortaleza afecte el crecimiento.

Poco antes, el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, atribuyó la escalada del euro a que el BCE es "demasiado poderoso".

"El problema del euro es que el BCE, que hace bien su trabajo para contener la inflación, es superpoderoso: no tiene contrapeso político en la persona de un verdadero ministro europeo de finanzas que estaría a cargo del crecimiento", dijo Strauss-Kahn al diario Le Monde.

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