viernes, 14 de marzo de 2008

El déficit corriente crece un 25% en 2007

MADRID.- Como si se tratara de un bólido de Fórmula-1, el déficit corriente de España continuaba su veloz carrera más allá de los confines del 10 por ciento de su PIB para ubicarse entre los líderes mundiales de este sinuoso circuito.

El Banco de España dijo el viernes que el déficit corriente alcanzó los 106.201 millones de euros en 2007, un 25,3 por ciento superior al saldo negativo del ejercicio precedente.

Sólo en diciembre de 2007, el déficit alcanzó 9.304 millones de euros, inferior a los 11.637 millones del mes anterior pero tres veces superior al de diciembre de 2006.

La necesidad de financiación generada por las operaciones no financieras de la economía española en diciembre del pasado año ascendió a 8.132,2 millones de euros comparados con los 1.336,7 millones de diciembre de 2006.

El Banco de España indicó que la ampliación del déficit corriente se debió fundamentalmente al aumento del déficit de la balanza de rentas. También contribuyeron el incremento de los saldos negativos de la balanza comercial y la balanza de transferencias corrientes, que no pudo ser compensado por el tradicional superávit de la balanza de servicios.

"Hay que corregir este déficit porque es muy elevado y nos produce distorsiones fuertes en términos de competitividad y en la inflación", dijo Xavier Segura, director del servicio de estudios de Caixa de Catalunya.

"La moneda única es un paraguas fantástico puesto que llueve y no te mojas, pero se va perdiendo posiciones en términos de competitividad", agregó Segura.

La inflación doméstica, con una tasa interanual del 4,4 por ciento en febrero, es una de las más altas de la zona del euro.

A falta de un escenario autóctono que permita un ajuste vía tipo de cambio por la presencia de España en el área de la moneda única europea, analistas creían que la mejora del déficit corriente se producirá con el proceso de debilitamiento del consumo interno ya en marcha.

"Yo creo que la corrección de este déficit al final vendrá por el ajuste del crecimiento económico que se está produciendo", dijo José Luis Martínez, estratega de Citigroup.

La economía española se encuentra inmersa en un proceso de desaceleración de su Producto Interior Bruto tras mantener durante más de una década un ritmo creciente de expansión.

El consumo interno junto con la construcción, han sido los dos pilares tradicionales del crecimiento doméstico.

"Conforme se desacelera la economía, la balanza comercial debería mejorar por un descenso de las importaciones", dijo Sergio Díaz Valverde, economista del servicio de estudios de Caja Madrid.

No obstante, la caída de la actividad económica que también registra una buena parte de los países de la zona de euro -- los principales socios comerciales de España -- generaba dudas sobre la idoneidad de la coyuntura para que las exportaciones puedan suavizar el deficitario signo del saldo comercial doméstico.

"Esto puede suponer un limite para la mejora de las exportaciones", apostilló Díaz Valverde.

Además, los analistas admitieron una cierta preocupación por las dificultades que las actuales restricciones crediticias a escala global pueden suponer para la elevada necesidad de financiación de la economía española.

El ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, que siempre ha reconocido en el déficit de la balanza de pagos uno de los principales desequilibrios de la economía española, ha admitido que el Gobierno está aún más preocupado por este tema en el actual contexto de la crisis crediticia que tiene su origen en las hipotecas "subprime" procedente de Estados Unidos.

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