sábado, 8 de marzo de 2008

La capital noruega del petróleo prepara su reconversión

STAVANGER.- Durante largo tiempo considerada la capital del petróleo de Noruega, la ciudad costera de Stavanger, en el sudoeste, está a ahora en búsqueda de una nueva imagen y de fuentes de ingresos alternativas en previsión de la era post-crudo.

Debemos aprovechar la riqueza que tenemos ahora en la ciudad para avanzar. Sabemos que el petróleo no durará siempre", dice Helge Solum Larsen, director adjunto del departamento encargado del desarrollo de la ciudad en la alcaldía.

El museo noruego del petróleo, un edificio futurista situado al borde del mar, alberga lo que podría ser un día los vestigios de una industria que tanto ha enriquecido la región y el país.

Entre maquetas de plataformas, máquinas monumentales y ropa de trabajo, los paneles cuentan cómo se desarrolló en Noruega la explotación del petróleo desde comienzos de los años 70.

En 2001, la producción de Noruega alcanzó su cúspide con unos 3 millones de barriles diarios (mbd). El reino, otrora tercer exportador de crudo del mundo, ahora ocupa el quinto lugar.

Stavanger, cuya población pasó de 50.000 habitantes antes de la explotación petrolera a 120.000 actualmente, cuenta con el mayor número de trabajadores contratados en el sector.

"Stavanger se ha desarrollado enormemente tras el descubrimiento de petróleo, con una expansión económica que recuerda la fiebre del oro", indica Lennart Rosenlund, sociólogo de la universidad local.

Pero el cuento de hadas no durará, predicen los especialistas. Según la Dirección Noruega del Petróleo (DNP), con sede en Stavanger, "los desafíos ya se presentan bajo la forma de una producción en baja, con el alza de los costos y con descubrimientos menos numerosos y menos importantes".

La producción noruega de petróleo es ahora de 2,2 mbd y las reservas parecen disminuir rápidamente.

"La producción continuará más allá de 2050, pero las cantidades serán mucho menores", advierte la portavoz de la DNP, Eldbjoerg Vaage.

Sus cálculos tienen en cuenta reservas que aún no han sido descubiertas y abarcan el petróleo y el gas natural, cuya parte en el volumen de producción de hidrocarburos está en aumento.

Desde los años 90, el país ha colocado una gran parte de sus ingresos petroleros en un fondo cuyo valor alcanzaba los 256.800 millones de euros a fines de 2007 y debe permitirle mantener su generoso Estado providencia.

Por su lado, Stavanger intenta preparar su futuro sin petróleo y se concentra en particular en una transferencia de las tecnologías y conocimientos desarrollados en la industria petrolera para el logro de otras fuentes de energía.

"Stavanger está comenzando a ser rebautizada capital de la energía en lugar de capital del petróleo", según Solum Larsen, para quien la instalación de hélices eólicas en el mar podría ser un sector prometedor.

La ciudad, capital europea de la cultura en 2008 al mismo tiempo que Liverpool (Gran Bretaña), apuesta también por su riqueza cultural.

"La cultura es un elemento importante para atraer más gente aquí. Una mayor población significa también mayor actividad económica", resumen Solum Larsen.

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