lunes, 31 de marzo de 2008

La Iglesia Católica mueve su dinero generalmente con criterios éticos

MADRID.- la Iglesia Católica es la principal accionista de tres sicavs. Para gestionar sus riquezas, cuenta con tres sociedades de inversión: Umasges, Vayomer y BI Gran Premiere, que poseen 17,69 millones de euros de patrimonio bajo gestión, según la CNMV. Estas sicavs invierten, en la mayoría de los casos, directamente en todo tipo de compañías cotizadas.

En el caso de Umasges, cuyo principal accionista es la aseguradora Mutua Umas (constituida con el patrocinio de la Conferencia Episcopal) y están presentes también en el accionariado los Arzobispados de Madrid y Burgos, una de las posiciones de su cartera es EADS que entre otras cosas, tiene una joint-venture (MDBA) por la que se erige como segundo fabricante mundial de misiles.

Asimismo, BI Gran Premiere, que tiene como partícipe principal al Arzobispado de Oviedo, tiene una participación del 1,28% en Pfizer, farmacéutica que fabrica, a parte de medicamentos, viagra y anticonceptivos.

No obstante, existen fondos que sí siguen a raja tabla ciertas convicciones católicas. A ellos ‘su buen hacer’ les está haciendo perder menos que a la mayoría, pese a que la crisis les afecta al igual que al resto del mercado.

Los productos en cuestión son: ‘Gesbeta Compromiso Fondo Ético’ y ‘Fondespaña Catedrales’. El primero de ellos, que excluye de su cartera empresas armamentísticas o que mantengan políticas discriminatorias con sus empleados, se deja un 6,9% en el año, mientras que en el caso del segundo las pérdidas son sólo del 2%, según los datos de Morningstar.

La menor caída se debe a que este vehículo destina el 75% de sus activos a renta fija. La parte más ‘ética’ del mismo viene en este caso, por el lado de las comisiones ya que la gestora (Caja España Fondos) destina la mitad de las mismas a la rehabilitación de una catedral que haya elegido el partícipe.

En cualquier caso, parece que las preferencias de la Iglesia en materia de inversión se alejan de la gestión alternativa. En concreto, el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams y el obispo de Rochester, Michael Nazir-Ali, han dejado patente recientemente su animadversión por los hedge funds.

Entre otras cosas, los clérigos han insinuado que las pérdidas que empiezan a sufrir algunos de los fondos de inversión libre son merecidas ya que los gestores se dedican a especular “en vez de destinar ese dinero a la lucha contra la pobreza”.

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