lunes, 17 de marzo de 2008

La OCDE y el FMI llaman a acudir al rescate del sistema financiero

PARÍS.- La crisis financiera durará «mucho tiempo», tendrá «consecuencias graves» y las autoridades deben hacer todo lo posible para evitar el hundimiento del sistema mundial. En tan pesimista diagnóstico coincidieron los jefes del FMI, Dominique Strauss-Kahn, y de la OCDE, Angel Gurría.

Al día siguiente de la venta de emergencia del banco de negocios estadounidense Bear Stearns, amenazado de quiebra, Gurría afirmó que la operación de rescate no limitaba sus efectos «sólo a Bear Stearns» sino que era un reflejo de la imperiosa necesidad de evitar «riesgos sistémicos» y un pánico en los mercados.

«La prioridad debe ser la estabilidad del sistema», insistió Gurría en una conferencia sobre las reformas estructurales en Europa, organizada conjuntamente por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

«No nos gusta que se nacionalice (al banco británico en dificultades) Northern Rock, ni nos gusta el rescate de Bear Stearns, pero hay que dar señales de que las autoridades están dispuestas a ir hasta donde sea necesario», dijo Gurría.

El gran banco comercial estadounidense JPMorgan Chase se comprometió el domingo a comprar por unos 236 millones de dólares -un precio de saldo- el banco de negocios Bear Stearns, amenazado de quiebra, tras rescatarlo de la bancarrota junto a la Reserva Federal dos días antes.

El mes pasado, el Banco de Inglaterra decidió la nacionalización (temporal) del banco en dificultades Northern Rock, especializado en hipotecas.

«El valor de Bear Stearns se ha establecido en dos dólares por título. Lo que quiere decir que un industrial del sector valora a su competidor a un importe cercano a cero, lo que envía una señal negativa a los mercados», comentó un vendedor de acciones parisino.

La Reserva Federal (Fed) se ofreció en garantía de los 30.000 millones de dólares de activos en riesgo de Bear Stearns adquiridos por JP Morgan. Se adelantó, además, a decidir un recorte de un cuarto de punto en el tipo de descuento.

Al comentar estas medidas, Strauss-Kahn declaró que «el conjunto de la sociedad está llamado a hacerse cargo» del coste de la lucha contra una quiebra del sistema financiero, y dijo que no se trata de «acudir al rescate de los accionistas, sino del sistema» financiero mismo.

Los bancos centrales «han manejado bien hasta ahora la cuestión de liquidez» y «no hay razón para pensar que no serán capaces» de suministrar a los mercados la liquidez que necesitan, sostuvo.

El director general del FMI admitió no obstante que «la crisis de los mercados se ha vuelto más seria y más globalizada» que hace unas semanas, de manera que corre el riesgo de «empeorar».

«Una situación cada vez más tensa de los mercados crea problemas para el crecimiento económico», agregó.

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