miércoles, 19 de marzo de 2008

Quinto aniversario de la guerra de los tres billones

NUEVA YORK.- Hoy miércoles se cumple el quinto aniversario de la guerra de Irak. EE UU estará librando en ese territorio la segunda guerra más larga de su historia tras la de Vietnam. El ejército americano lleva un lustro persiguiendo una victoria que nadie ha definido en qué consiste y que ha costado la vida a más de 150.000 iraquíes, ha provocado el éxodo de dos millones de ellos y ha sido, también, el fin de los días de más de 4.000 soldados de EE UU, según "Cinco Días".

En costes, el actual conflicto bélico supera a los de aquella guerra en Asia. De hecho, la única confrontación bélica que ha costado más que la actual es la II Guerra Mundial, cuando 16,3 millones de americanos lucharon contra Alemania y Japón. Actualizado su coste en dólares y a la inflación, esa guerra costó cinco billones de dólares (3,21 billones de euros).

El conflicto en Irak, para el que se han movilizado dos millones de efectivos a la zona, costará tres billones de dólares (1,9 billones de euros), según los cálculos hechos por los catedráticos de economía Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, y Linda Bilmes.

Estos cálculos incluyen los costes de las operaciones militares, pero también gastos como los médicos para los veteranos, pensiones por incapacidad, indemnizaciones, la recapitalización de las Fuerzas Armadas, la reconstrucción de Irak y el interés de la deuda con la que se está financiando la contienda.

También se incluyen gastos de otros departamentos del Gobierno o los costes para la economía, entre otros, y que no están detallados o no son fáciles de encontrar en las cuentas del Estado.

Stiglitz y Bilmes calculan estos costes en un escenario que da por sentado que las tropas se irán retirando y la presencia será mínima en 2012. Sus cuentas se contienen en un estudio que iniciaron hace unos años y ahora se ha convertido en un libro que actualiza las cifras, titulado "The three trillion dollar war".

En una presentación ante los estudiantes de la Universidad de Columbia hace unos días, Stiglitz admitía que, puesto que tanto él como Bilmes habían tenido una posición muy crítica con la guerra, habían preferido optar por el lado más conservador y ofrecer la cifra más baja dentro de los rangos que sus modelos de cálculo les han ofrecido.

En escenarios más complicados y siendo menos conservadores, admiten que podría llegar hasta los cinco billones.

Estas no son cifras oficiales. El Gobierno de EE UU no ha utilizado una contabilidad clara para detallar a los contribuyentes lo que les va a costar la guerra. La mayoría de los costes vienen ligados a los de Afganistán y hay gastos ocultos en otras partidas presupuestarias y otros departamentos que son distintos de los solicitados como atribuibles de forma directa al combate.

De acuerdo con las cifras oficiales de costes directos de operaciones, y si se incluye la cantidad pedida al Congreso en 2008, desde 2001 se habrán gastado 845.000 millones de dólares. Estos son los gastos de Irak y Afganistán, pero la mayoría corresponden al primero.

La guerra de Irak, que costaba 4.400 millones al mes en 2003 ha pasado a 12.500 millones mensuales. Para cada hogar, la cuenta al mes es de 138 dólares, de ellos, más de 100 por Irak.

Según Stiglitz, el aumento de estos gastos mensuales se debe al mayor número de subcontratas para actividades militares, las reparaciones y reposiciones de equipo militar sofisticado, los elevados costes de las tropas y los cada vez mayores gastos de alistamiento (para seguir haciendo atractivo un ejército que es voluntario), además de la formación de las fuerzas iraquíes.

Estas cuentas están muy lejos de ser las que hizo el Gobierno en 2003. Entonces, uno de sus asesores, Larry Lindsey, fue despedido por filtrar que el coste sería de 200.000 millones de dólares cuando Defensa los calculaba en 50.000 millones.

Stiglitz dice que no es que EE UU no se pueda permitir este dinero, sino que se podían haber hecho muchas cosas con él, como financiar las pensiones para las próximos 60 años o un Plan Marshall para Oriente Medio.

Cocinar, lavar, proteger, actividades que antes desempeñaban las fuerzas armadas, están siendo subcontratadas a un ritmo frenético a favor de empresas privadas.

Según Defensa, en 2006 había en Irak 100.000 contratistas privados, diez veces más que en la Guerra del Golfo de 1991. El ejército ya no puede operar sin estas compañías, según Stiglitz. El departamento de Estado gastó en guardias de seguridad privados 4.000 millones de dólares en 2007. Tres años antes, la factura era de 1.000 millones.

Blackwater consiguió, sin concurso, el contrato de 27 millones para proteger al administrador de EE UU en 2003, Paul Bremer. En 2007 ya tenía 1.200 millones en contratos.

Los guardas de seguridad privados de Blackwater o Dyncorp ganan unos 1.222 dólares al día. Un sargento de la Armada cobra unos 140 o 190 entre salario y prestaciones sociales.

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