Como disimulando / Carmen Tomás

En pequeñas dosis. Como disimulando. Así es cómo nos está cambiando el discurso económico el Gobierno.

Quizás haya pensado que así se notará menos el engaño al que nos ha sometido en los últimos meses y especialmente antes de las elecciones generales del pasado 9 de marzo. Ya nos adelanta el vicepresidente por dónde van a ir las nuevas previsiones de crecimiento y desempleo para este año y el que viene. Ha dicho Solbes en las últimas horas que quizás la economía española no crezca más allá del 2,4 por ciento este año y el 2,1 por ciento el que viene. El paro se puede ir al 10 por ciento de la población activa.

Es casualmente el cuadro que presentaba hace unos días el Banco de España, después de estar callado también durante meses sobre la real situación económica. Son previsiones, unas y otras, aún distan mucho de lo que el consenso de los analistas estima. Además, se sigue hablando de males externos, de turbulencias financieras externas. No se acaba de reconocer la realidad y se dilata, tacita a tacita, a ver si tragamos.

A muchos les importará poco. Desde luego a los que se creyeron el mensaje tramposo y mentiroso del Gobierno durante los meses previos a las elecciones. Pero, la realidad desgraciadamente va a ir por otro lado y peor se puede poner si todas las medidas que adoptan son las anunciadas el pasado viernes.

Un rosario de medidas absolutamente ridículo, que va a costar un dineral y que no entra en ningún caso a la resolución de los problemas reales. Son parches que aliviarán el dolor de algunos un tiempo, pero que se antojan ineficaces para los problemas estucturales de la economía española. Ya hemos oído que no pasa nada si acabamos con déficit en las cuentas públicas.

O sea lo de siempre en un gobierno socialista. Pero, después habrá que pagarlo, claro. Más gasto y menos ingresos es una ecuación que sólo tiene una resolución: reducir los gastos o racionalizarlos y desde luego no van por ahí los tiros sino todo lo contrario. ¿Las reformas? No están, así que el parche dejará de hacer su función y ahí seguirán los problemas como espadas de Damocles.