lunes, 21 de abril de 2008

Críticas a los biocarburantes en el Foro de la Energía de Roma

ROMA.- Una verdadera lluvia de críticas recibieron este lunes los biocarburantes en el Foro Internacional de la Energía que se celebra en Roma, acusados de agravar las crisis alimentaria mundial.

"Se está delineando un conflicto entre alimento y carburante con consecuencias desastrosas sociales y beneficios para el ambiente dudosos", advirtió el jefe de Gobierno saliente italiano, Romano Prodi, al abrir la segunda jornada de la cumbre.

La crisis generada por el aumento de precios de los alimentos ha generado protestas violentas e inestabilidad política en numerosos países, entre ellos Haití, Camerún, Egipto, Etiopía, Indonesia, Costa de Marfil, Madagascar y Filipinas.

"Hay que vigilar que la producción y difusión de biocarburantes sea coherente con el objetivo de lograr un desarrollo sostenible", pidió Prodi.

El mundo debe decidir "cuál es la prioridad: conducir o comer", afirmó el ministro de Energía de Qatar, Abdalá Al Attiyah, quien niega una relación importante entre el elevado precio del petróleo con la actual crisis alimentaria.

"El problema no es el petróleo sino los biocarburantes, que son el origen del problema", declaró el ministro al margen del Foro. Para el dirigente de Qatar la crisis ha sido generada por "penuria de alimentos" y no por el precio elevado del petróleo.

Para el ministro de Petróleo de Venezuela, Rafael Ramírez, el impacto de los biocarburantes en el mercado de petróleos es "marginal", aunque considera "una locura, sobre todo en América Latina, los precios que han alcanzado los alimentos".

El tema de los biocarburantes, muchos de los cuales usan como materia prima productos alimentarios -maíz, caña de azúcar, colza- divide las opiniones en el mundo y se ha convertido en un asunto polémico en el actual contexto de alza de los precios mundiales de cereales y otros alimentos básicos.

Brasil, líder mundial junto a Estados Unidos en la producción de etanol que genera con caña de azúcar, defiende la producción de biocombustibles en países pobres como fuente de renta, y asegura que es perfectamente compatible con la producción de alimentos.

Ante la controversia, Lawrence Eagles, responsable de la división análisis de la Agencia Internacional de Energía (AIE), que representa los intereses energéticos de los países consumidores de hidrocarburos, intenta mediar.

"Los biocarburantes forman parte de la ecuación de la crisis, pero no constituyen el único elemento", sostiene.

El aumento del precio de los alimentos se debe a "una demanda alta" de productos agrícolas de los llamados países emergentes como China, India y Brasil, explicó.

La AIE apoya el empleo de biocarburantes de segunda generación, que no provienen de plantas comestibles. "Esa segunda generación tiene una lugar en el abanico de sector energético", asegura Eagles (en la imagen).

Ante tales esperanzas el presidente del poderoso grupo Shell fue tajante. "Hay muchas expectativas. Los biocarburantes van a jugar un papel, pero no llegarán a ser un componente energético", advirtió.

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