miércoles, 23 de abril de 2008

Defensores del BCE combaten la ofensiva de Francia e Italia

BERLÍN.- Un creciente número de funcionarios europeos levanta barricadas en defensa del Banco Central Europeo (BCE) frente a una ofensiva de Francia e Italia para alterar sus prioridades en tiempos de desaceleración económica del bloque.

El gobierno alemán, que hizo de la independencia del BCE un sine qua non para implementar la divisa común europea en primer lugar, está en la primer línea de batalla contra los llamamientos del jefe de gobierno electo de Italia, Silvio Berlusconi, para cambiar los parámetros del BCE.

"La posición alemana en este tema siempre ha sido clara, es clara y puedo decir que seguirá siendo clara; no puedo ver ningún cambio, nos seguiremos guiando por el Tratado de Maastricht", dijo el ministro de Finanzas alemán, Thomas Mirow, en referencia al acuerdo que declara que mantener la estabilidad de los precios es la tarea central del BCE. "No puede haber dudas sobre la posición alemana", dijo el martes a periodistas de Bruselas invitados a un seminario sobre política europea en Berlín.

La semana pasada, poco después de su victoria en las elecciones generales italianas, Berlusconi dijo que la tarea del BCE debe ir más allá del control de la inflación, y sugirió que el banco central debería tener en cuenta también la meta de impulsar el crecimiento a la hora de fijar sus tasas de interés.

El llamamiento de Berlusconi tiene lugar en momentos en que la economía italiana está sufriendo. Y no es la única. La inflación de la Eurozona alcanzó un récord del 3,6% en marzo, mientras su tasa de crecimiento anual cayó a sólo el 2,2% en el último trimestre de 2007. La meta de inflación del BCE es una tasa ligeramente inferior al 2%.

Mientras la Reserva Federal estadounidense (banco central) ha recortado sus tasas de interés en los meses recientes en un esfuerzo por evitar una recesión, el BCE ha mantenido elevado el costo del endeudamiento a raíz de la alta inflación y a pesar de la desaceleración económica y el fortalecimiento del euro. El dólar se hundió a un nuevo mínimo el martes frente a la divisa común europea, que rompió por primera vez la barrera de los 1,60 dólares.

Berlusconi ha hallado eco en el presidente francés, Nicolas Sarkozy, cuyo país asume en julio la presidencia de la Unión Europea. Sarkozy se ha quejado varias veces de que el BCE está demasiado concentrado en controlar la inflación y que está alentando el alza del euro, y por lo tanto amenazando las exportaciones, a través de su política de tasas de interés relativamente elevadas.

Para responder al doble llamamiento de París y Roma, Mirow dijo que "se necesita modificar por unanimidad el Tratado de Maastricht", que define las competencias del banco central y subraya su independencia. Mirow tiene un fuerte aliado en Jean-Claude Juncker, jefe del Eurogrupo, que nuclea a los ministros de Finanzas de la Eurozona, y que el mes pasado defendió la gobernabilidad del club de 15 países, rechazando las críticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) de que el BCE es "todopoderoso".

El FMI entró al debate al señalar que la Eurozona sufría porque no tenía un "ministro de Finanzas europeo" que se centrara en el crecimiento para compensar la lucha únicamente contra la inflación.

"La economía no nos fuerza a elegir entre una política anti-inflacionaria y una política orientada hacia el crecimiento y (la creación de) empleos. Podemos hacer las dos cosas al mismo tiempo", dijo Juncker en una conferencia en el banco central de Bélgica.

Juncker, primer ministro y ministro de Finanzas de Luxemburgo, también advirtió contra comparar el BCE con la Fed, que posee un doble mandato de combatir la inflación y generar empleo y crecimiento. "No debemos comparar lo que en principio no puede ser comparado", dijo.

(Maqueta futura sede del BCE en Francfort)

No hay comentarios:

Publicar un comentario