lunes, 14 de abril de 2008

Depreciaciones y recapitalizaciones vuelven al menú de los bancos de EEUU

WASHINGTON.- Los bancos estadounidenses lanzaron una nueva ronda de depreciaciones de activos y de recapitalizaciones, tras las recomendaciones de los dirigentes del Grupo de los Siete países industrializados, que les dieron 100 días para evaluar sus pérdidas y encontrar soluciones.

Tras una primera ola de desencalles de bancos que concluyó a fines de enero, que implicó a cinco grandes bancos estadounidenses, muchos establecimientos vuelven al mercado para recabar fondos masivamente.

Blanco de rumores recurrentes sobre su salud financiera, Lehman Brothers inició la serie a comienzos de abril, y recogió 4.000 millones de dólares, día después de la implosión del Bear Stearns, adquirido en situación de catástrofe por su competidor JPMorgan Chase.

Lo siguió Washington Mutual, que obtuvo 7.000 millones de dólares, y este lunes Wachovia se unió al grupo, anunciando una recapitalización de 7.000 millones de dólares.

Esos llamamientos lanzados a los inversores son la consecuencia directa de la publicación de resultados del primer trimestre, que comienza realmente esta semana en Estados Unidos. Al cerrar sus balances parciales, los bancos se ven obligados a evaluar sus activos.

Teniendo en cuenta el deterioro continuo del mercado inmobiliario estadounidense, los portafolios de préstamos o títulos adosados a deudas hipotecarias perdieron nuevamente valor, lo que obliga a las instituciones a incrementar la depreciación de activos.

"La raíz del problema está en el (sector) inmobiliario, que no mejora", estimó Mike Mayo, analista del Deutsche Bank en una nota, advirtiendo además de que nuevas depreciaciones son "probables".

Las estimaciones de los analistas superan incluso los 10.000 millones de dólares para el Citigroup, que publica sus resultados el viernes.

Esas depreciaciones aumentan mecánicamente las necesidades de capital de los bancos, que deben respetar un cierto nivel reglamentario de fondos propios.

En el caso de Wachovia, que ya había captado 3.500 millones de dólares a comienzos de febrero, la decisión de hacer provisiones por deudas dudosas y depreciaciones de activos de más de 3.500 millones de dólares en el primer trimestre, llevaron al banco a buscar capitalizarse nuevamente.

A priori, el acento en la capitalización y valorización responde más a la demanda de los inversores que a la de los políticos o reguladores. "Ningún regulador se ha acercado para solicitarnos que captemos capitales", afirmó este lunes el presidente ejecutivo de Wachovia, Ken Thompson.

Sin embargo, la decisión concuerda con la demanda de los grandes países industrializados del G7, que el viernes dieron 100 días a los bancos para develar la integridad de sus activos en riesgo. El G7 se apoyó en el informe del Foro de Estabilidad Financiera (FSF), que también recomendó el "refuerzo de los fondos propios cuando sea necesario".

Pese a las depreciaciones que se acercan, no todos los grandes bancos estadounidenses se verán obligados a extender la mano. Merrill Lynch no necesitará recurrir a un aumento de capital adicional, según Brad Hintz, analista de Sanford Bernstein, que anticipa sin embargo depreciaciones de 4.500 millones de dólares para el primer trimestre.

El presidente ejecutivo John Thain "insistió en el hecho de que habían captado más capital que el que necesitaban para no tener que volver al mercado", agregó Hinz.

Por el momento enmudecidos por una preocupación de extrema cautela, los bancos estadounidenses ofrecen al mercado un lujo de detalles sobre la estructura de sus balances, el valor de sus activos o el nivel de liquidez.

Según una fuente cercana a la reunión del G7, habría también "más incertidumbre del lado europeo que del lado estadounidense", sobre la exposición real de sus instituciones a los productos financieros a riesgo.

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