sábado, 12 de abril de 2008

El G-7 lanza un ultimátum a los bancos para hacer frente a una crisis que empeora

WASHINGTON.- El Grupo de los Siete Finanzas (G-7) ha pedido la revisión de algunas de las normas que regulan los mercados financieros a nivel mundial para responder a la crisis, tras reconocer el empeoramiento de las condiciones económicas desde su reunión de febrero.

Los ministros de Finanzas de los países más industrializados dijeron que las perspectivas de la economía mundial se habían degradado y le dieron cien días a los bancos para revelar sus pérdidas.

La economía mundial "sigue enfrentando un período difícil" y "sus perspectivas de corto plazo se han deteriorado", señala el comunicado publicado tras la reunión del G-7 Finanzas (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón).

"Las turbulencias en los mercados financieros mundiales siguen siendo difíciles y duran más tiempo del que habíamos previsto", reconocieron.

Reconocen que la "turbulencia" en los mercados financieros mundiales es "un desafío". Para responder a ella, optan por apoyar "enérgicamente" el plan elaborado por el llamado Foro de Estabilidad Financiera, que contiene medidas para aumentar la transparencia de los mercados, el control de los principales bancos del mundo y una mejor gestión del riesgo.

Además, han resaltado la importancia de la acción coordinada de los bancos centrales para evitar "trastornos" en los mercados. "Cada uno de nosotros sigue comprometido con la toma de medidas, individual o colectivamente", para responder a la emergencia financiera.

No han mencionado, sin embargo, la posibilidad de usar fondos públicos para rescatar a los bancos más afectados por la crisis, que -según el Fondo Monetario Internacional (FMI)- podría ocasionar pérdidas por valor de casi un billón de dólares.

En el terreno macroeconómico, reconocen que las perspectivas económicas mundiales han empeorado, en vista de la "debilidad" en el mercado inmobiliario residencial de Estados Unidos, la tensión en los mercados financieros mundiales, el impacto internacional de los altos precios del petróleo y las materias primas, y las presiones inflacionarias.

Aunque los países emergentes son "un punto de luz" en este panorama tenebroso, el G-7 alerta que "no son inmunes a las fuerzas mundiales".

Exigencia a las entidades financieras

A nivel concreto respecto a la crisis financiera, el Grupo de los Siete ha apuntado que "en los próximos 100 días" los bancos deberían divulgar "completamente" su nivel de pérdidas y de riesgo, como pide el informe del Foro, que está integrado por representantes de bancos centrales e instituciones como el FMI y el Banco Mundial.

El plan elaborado por ese grupo también contempla una revisión "urgente" de las normas contables internacionales y de los códigos de conducta de las agencias de evaluación de riesgo.

El club de países más industrializados también señala que para finales de año los reguladores internacionales deberían elevar los requisitos de capital para los productos financieros complejos que han resultado más arriesgados que lo que se creía.

"Las firmas deben revelar rápida y completamente su exposición al riesgo, depreciaciones de activos, y estimaciones (...) de instrumentos complejos no líquidos", indicó el G-7.

El G-7 apeló asimismo a las instituciones financieras a producir "una información robusta sobre sus riesgos en su próximo balance semestral".

Las fuertes turbulencias en los mercados de divisas inquietan asimismo a los responsables del G-7, mientras el dólar bate un récord tras otro de debilidad, frente a las grandes divisas mundiales como el euro o el yen.

Los ministros de finanzas y los presidentes de los bancos centrales del G-7 Finanzas se mostraron también preocupados por el impacto sobre la economía de las turbulencias en el mercado de divisas. Además, ha reiterado su tradicional llamado a China para que permita una apreciación "acelerada" de su moneda, tras indicar que le preocupa el efecto de las recientes fluctuaciones "drásticas" de las divisas principales del mundo sobre la estabilidad económica y financiera.

"Desde nuestra última reunión (en febrero en Tokio) a veces hay fluctuaciones fuertes de las principales monedas y estamos preocupados por sus posibles consecuencias sobre la estabilidad económica y financiera", dijeron en su comunicado final.

"Reafirmamos nuestro interés común en un sistema financiero sólido y estable", añadieron los altos funcionarios de economía del G-7.

"Continuamos vigilando los mercados cambiarios estrechamente y cooperaremos como sea apropiado", han afirmado.

No obstante, el tema cambiario fue breve en el comunicado emitido al término del encuentro y, en su lugar, los ministros de Economía y gobernadores de los bancos centrales se concentraron en evaluar la crisis financiera internacional.

Por su parte, el secretario del Tesoro de EE.UU., Henry Paulson, ha advertido de que la economía del país podría afrontar todavía "más baches en el camino" haciendo hincapié en que la principal prioridad ahora mismo es limitar el impacto económico de las turbulencias en los mercados.

Asimismo, ha insistido en que el principal objetivo del G-7 es ayudar a las economías alrededor del mundo y no a los bancos o banqueros. Aunque ha evitado referirse a la continuada depreciación del dólar frente al euro, ha insistido en que el Gobierno estadounidense sigue comprometido con una divisa fuerte.

"Tengo la máxima confianza en la resistencia, flexibilidad y fortaleza de nuestra economía y nuestros mercados de capital", ha asegurado Paulson.

No hay comentarios:

Publicar un comentario