martes, 8 de abril de 2008

El negocio es la vida / Luis Ignacio Parada

Los científicos están seguros de que la primera persona que vivirá 150 años probablemente ya haya nacido. Por eso la Ciencia del futuro no es la geriatría ni la gerontología sino el titonusismo, la Ciencia que trata de lograr el envejecimiento sin involución. Y por eso mismo el mejor negocio del futuro está en lograr que la ‘cuarta edad’, las personas mayores de 85 años que podrán vivir más de cien lleguen a esa edad en las mejores condiciones.

Hay tres caminos para alcanzar ese objetivo: el de los medicamentos, el de los alimentos especiales y el del ejercicio físico y mental. Las principales empresas farmacéuticas del mundo han invertido en los últimos tres años más de 58.000 millones de dólares en la investigación de nuevos medicamentos destinados a mejorar las condiciones de los longevos. La industria farmacéutica sabe que la población mundial crece al 1,7 por ciento anual. Pero que la población mayor de 65 años lo hace al 2,5 por ciento. Y ha calculado que la mayor parte de los seres humanos que nazcan en la primera década del siglo XXI podrán alcanzar fácilmente los cien años.

Dentro de 25 años, uno de cada tres seres humanos tendrá más de 65 años. Y entonces, más de las tres cuartas partes de los medicamentos serán consumidas por lo que hoy llamamos tercera edad. Por esas fechas habrá una generación de mayores de 85 años que conoceremos con el nombre de cuarta edad. Autrey De Grey, científico de la Universidad de Cambridge y director de Rejuvenation research, la única revista dedicada a la divulgación de las estrategias para retrasar el envejecimiento asegura que ‘la primera persona que vivirá 150 años probablemente ya ha nacido’.

Y dice haber identificado siete puntos principales relacionados con la longevidad. Los expone en su plan SENS, acrónimo de ‘Estrategias para la Ingeniería de una Senescencia Insignificante’. Asegura que la ciencia moderna tiene en sus manos las herramientas necesarias para alargar la vida varias décadas, si esos siete factores, todos relacionados con la actividad molecular del organismo, se modulan de la forma adecuada. Es conseguir que las células madre de la médula ósea tengan capacidad de servir como células madre neuronales. Los científicos están a un paso de encontrar un medio de regenerar las neuronas.

Entretanto, el envejecimiento sin decrepitud, el arte de ensanchar la vida además de alargarla, la especialidad médica con más futuro ya tiene un nombre: titonusismo. Proviene de Tithonus, bello hijo de un rey de Troya desposado con Aurora, la hermana de Helios y Selene. Aurora pidió a Zeus la inmortalidad para su esposo y la eterna juventud para ella. Y, así, Thitonus tuvo que luchar perpetuamente contra el envejecimiento mientras Aurora permanecía radiantemente joven. El desafío de la biomedicina es envejecer sin involución. Conseguir que los seres humanos envejezcan sin dolor, sin miedo, será el reto de la biofarmacia.

Y el reto financiero más prometedor de las próximas décadas será el de coordinar las inversiones en esos tres sectores de la alimentación, el ejercicio y los fármacos dedicados a ese negocio surgido casi a escondidas que es mil millones de consumidores en todo el mundo que van a llegar a una edad jamás soñada y necesitan hacerlo en las mejores condiciones. Y una sorpresa. Los promotores de la idea económica de los ‘fondos Titonus’ pretenden integrar como inversores a los Gobiernos de los países desarrollados que son los que están afrontando con cargo a la Seguridad Social el coste de la prolongación de la vida.

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