jueves, 3 de abril de 2008

El panorama del crédito corporativo en Europa sigue "teñido de incertidumbre", según Moody's

PARÍS.- Las compañías de los mercados emergentes en Europa, Oriente Medio y África (EMEA) posiblemente sientan los efectos de un crecimiento económico menor de la región en 2008, según indica Moody's Investors Service en su reseña trimestral sobre empresas industriales de la región.

De acuerdo con el informe, Moody's estima que la tasa de impago de los emisores calificados de la región EMEA rondará el 4% este año, en comparación con un nivel cercano al 1% de 2007.

"Las distintas tendencias estructurales siguen planteando dificultades concretas para algunos de los operadores en EMEA", explica Jean-Michel Carayon, vicepresidente senior de Moody's y autor del informe.

"No cabe duda de que un fuerte deterioro de las condiciones económicas podría limitar la flexibilidad financiera de algunos de los emisores corporativos, concretamente los que operan en sectores cíclicos y los que tienen estructuras de capital muy apalancadas", afirma Carayon. "No obstante, la solidez financiera de muchas compañías, sobre todo las de grado de inversión, debería permitirles superar las posibles dificultades económicas que pudieran encontrarse".

El documento subraya que el debilitamiento del dólar es una amenaza a corto plazo para algunos sectores, como el aeroespacial, el de defensa y el de productos forestales, que podrían sufrir una desconexión entre su coste y la base de ingresos con una capacidad limitada para repercutir costes, en particular cuando compiten con empresas de Estados Unidos.

Asimismo, la agencia señala que los fabricantes alemanes de automóviles y las empresas de materiales de construcción tienen una fuerte exposición a la economía estadounidense.

Moody's también advierte de que los precios de la energía y de las materias primas incidirán en muchos sectores, como los de productos forestales, proveedores de fabricantes de automóviles, aerolíneas y especialidades químicas, ya que su poder de fijación de precios podría verse reducido.

Al mismo tiempo, Moody's destaca que es probable que algunos sectores, especialmente en los mercados emergentes, como en EMEA, mantengan un buen rendimiento gracias a una abundante cartera de pedidos y a la elevada visibilidad de la actividad para 2008, ya que el crecimiento de los mercados en desarrollo requiere fuertes inversiones en servicios públicos e infraestructuras y el nivel de vida en los mercados emergentes sigue aumentando.

"La actividad sostenida de los mercados emergentes debería mitigar razonablemente la exposición de Europa occidental a Estados Unidos, sobre todo en el sector de materiales de construcción donde muchas empresas europeas se han posicionado en los últimos años mediante adquisiciones y crecimiento orgánico", explica.

Por otra parte, Moody's destaca que la preocupación por la liquidez se ha acentuado en los últimos meses, debido a retrasos en la refinanciación que tienden a reducir el margen de liquidez.

Las empresas de mercados emergentes, especialmente en Europa del Este, pueden presentar características de liquidez relativamente débiles debido a las condiciones bancarias locales o a una gestión del riesgo menos rigurosa, especialmente teniendo en cuenta que la refinanciación se produce poco antes del vencimiento de líneas de crédito y bonos.

"Si bien esto constituye un área de exposición para los próximos trimestres, somos razonablemente optimistas y pensamos que el sistema bancario y/o los mercados de deuda deberían estar dispuestos a proporcionar el capital necesario, siempre que esas fuertes inversiones de capital representen una expansión relevante de la capacidad de las compañías", explica Carayon.

La agencia de calificación también considera que la concentración de la industria ha contribuido a mejorar la disciplina y el poder de fijación de precios. Los mercados emergentes serán probablemente el principal motor de crecimiento de la industria de automóviles gracias a una mayor demanda en esas zonas geográficas.

Por otro lado, aunque para algunos sectores el debilitamiento del dólar constituye una amenaza, otros, como los productores de acero, podrían verse beneficiados por unos costes más bajos.

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