miércoles, 16 de abril de 2008

Impulsar los biocombustibles no es un "crimen contra la Humanidad"

BRUSELAS.- Brasil rechazó este miércoles en Bruselas las críticas que califican el desarrollo de biocombustibles de "crimen contra la humanidad" asegurando que el impulso a esas fuentes de energía y la lucha contra el hambre son compatibles, al menos en su caso.

"Podemos conciliar políticas de producción y distribución de alimentos, como estamos haciendo, con políticas que permiten respetar el medio ambiente y contribuir a que la humanidad tenga acceso a energías renovables y más limpias", dijo el ministro brasileño de Desarrollo Social y Lucha contra el Hambre, Patrus Ananias.

Ananias, que firmó un memorando con el comisario europeo de Asuntos Sociales, Vladimir Spidla, para impulsar el diálogo bilateral en esa área, explicó que Brasil tiene "características muy especiales" que le permiten conciliar la producción de alimentos y de biocombustibles. "Brasil es un país muy grande, un país que tiene muchísimas tierras fértiles, que tiene muchísima biodiversidad y recursos hídricos. Es un país que nos permite producir alimentos en abundancia", indicó.

De este modo, el ministro rechazó las declaraciones del relator especial de las Naciones Unidas para el derecho a la alimentación, el suizo Jean Ziegler, quien el lunes pasado afirmó que "la fabricación de biocombustibles es hoy en día un crimen contra la humanidad".

Brasil es el mayor exportador mundial de biocombustible a base de etanol, detrás de Estados Unidos, con 22.000 y 28.000 millones de litros en 2007, respectivamente. Mientras Estados Unidos elabora el combustible a partir del maíz, Brasil lo hace mayormente a partir de la caña de azúcar.

Por su lado, la Unión Europea ha hecho de los biocarburantes uno de los ejes de su plan de lucha contra el cambio climático que pretende reducir en un 20% los gases de efecto invernadero en 2020 mediante un aumento al 20% de la parte de energías renovables en el consumo energético total del bloque y al 10% la de los biocombustibles en el transporte.

El pasado 14 de marzo, los líderes europeos ratificaron en Bruselas la determinación de encontrar un acuerdo para fin de año sobre este plan de acción, aunque no ocultaron sus preocupaciones por los posibles efectos negativos de los biocombustibles.

"La producción agrícola con fines alimentarios debe ser claramente prioritaria", aseguró en ese sentido el lunes el ministro francés de Agricultura, Michel Barnier, al proponer una iniciativa europea frente al aumento de precios de las materias primas y la crisis alimentaria. Según Barnier, es necesario "producir para alimentar", una forma de decir que la UE debe limitar el lugar de los biocarburantes extraídos de vegetales.

Ante esta posición cada vez más dura de ciertos países europeos, el ministro brasileño Ananias puso como ejemplo el programa para la producción de biodiesel que impulsa su país y que permite a los pequeños agricultores combinar la siembra de granos para alimentos con otros destinados a biocombusitbles. "Los pequeños agricultores pueden producir por un lado alimentos y por otro productos que se adaptan a la producción de biodiesel, como la soja. Estos agricultores están mejorando su situación económica", explicó.

Este miércoles un documento de la Conferencia Regional de la FAO para América Latina y el Caribe que se celebra en Brasil indicó que la producción de biocombustibles debe tener en cuenta el derecho a la alimentación y la seguridad alimentaria de los pueblos.

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