martes, 22 de abril de 2008

Las compañías españolas se enfrentan a nuevos acreedores

LONDRES.- Las inmobiliarias españolas que actualmente luchan por su supervivencia se enfrentan a un tipo de acreedor diferente, uno que está a favor de verlas caer.

Acostumbradas a sellar fácilmente acuerdos para reducir deuda con un apretón de manos, las compañías españolas en problemas como Colonial o Martinsa Fadesa han tenido que batallar con bancos internacionales y fondos de inversión de alto riesgo ('hedge funds'), que podrían tener una agenda diferente para ellas.

Algunos fondos compran en ocasiones deuda barata de las compañías en el mercado secundario, con la intención de ganar el control de la firma a través de un futuro canje de deuda por acciones o con la esperanza de hacer caja con la venta de activos si la compañía entrase en liquidación.

"Si han comprado deuda a 40 centavos de dólar y la insolvencia devuelve 65, puedes solicitar la insolvencia y conseguir una buena ganancia", dijo recientemente Chris Howard, socio del despacho de abogados Freshfields, tras una conferencia sobre reestructuración en Londres.

"Los inversores en deuda pueden permitirse ver una compañía quebrar. Si eres un prestamista principal, si la deuda cae a 60, has perdido mucho dinero", dijo.

Banco Popular y La Caixa dijeron el martes que las negociaciones con Colonial sobre un cambio de deuda por acciones continuaban, casi cinco meses después de su inicio. El acuerdo debe contar con la aprobación de los inversores españoles e internacionales.

Martinsa Fadesa recientemente logró reestructurar su deuda y evitar la insolvencia, en un acuerdo en el que las cajas de ahorros españolas se vieron forzadas a hacer concesiones a inversores internacionales, dijo un gestor de un 'hedge fund' con sede en Londres, con la condición de no ser nombrado.

La burbuja inmobiliaria española, que vio cómo los precios de la vivienda casi se triplicaron en una década, ha explotado finalmente, llevando a la situación concursal a pequeñas compañías como Cosmani, o al borde de ella, como a Habitat, mientras los precios comienzan a registrar caídas nominales.

Las cajas se enfrentan a una dura regulación por parte del Banco de España, mediante la cual la provisión que tendrían que realizar si alguno de sus acreedores entra en quiebra suele ser sustancialmente mayor que cualquier reducción de deuda que acuerden para evitar la insolvencia.

Algunos de los bancos españoles acreedores de Martinsa Fadesa aceptaron pagos atrasados de la compañía de hasta siete años, dejando la prioridad de devolución a los 'hedge fund' internacionales, que se beneficiaron en las negociaciones del hecho de que las cajas podrían perder más dinero que ellos, dijo el gestor del 'hedge fund'.

Mientras la crisis crediticia global pasa factura en la economía española, la perspectiva de compañías, en dificultades para pagar sus intereses, está despertando el interés de ciertos inversores.

"Hemos avanzado proyectos en España", dijo recientemente Bernard Oppetit, director ejecutivo del 'hedge fund' Centaurus, que declinó dar más detalles.

Su compañía, que ha ayudado a forzar cambios en firmas como Ahold y Stork, ambas en los Países Bajos, también está centrando su mirada en el crédito en lugar de las acciones, debido a la caída de los precios de la deuda.

Sin embargo, la reestructuración de una compañía en España puede que no sea un proceso tan rápido como en países como Reino Unido o Alemania, dónde operaciones con complejas estructuras de deuda y la experiencia de acuerdos de reestructuración pan-europeos como el de Schefenacker han sentado precedentes.

"No hay tanta experiencia como en Alemania, Reino Unido y Francia, ni legal ni financiera", dijo Bhimalingam, de Barclays.

"En España, todo es relativamente nuevo, nueva legislación y no demasiada experiencia en el sector profesional".

Aún así, esto no ha impedido que los inversores busquen posibilidades futuras en los mercados de reestructuración español y europeo.

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