domingo, 27 de abril de 2008

Mañana se cumplen 100 años del nacimiento de Oskar Schindler, el salvador de 1.200 judíos

FRANCFORT.- Mañana se conmemora discretamente en Alemania el centenario del nacimiento de Oskar Schlinder, el empresario de origen checo que salvó a 1.200 judíos de una muerte segura, gracias a su militancia personal en el Partido Nacional-Socialista, los trucos y los sobornos a los jerarcas nazis.

La televisión estatal tiene previsto recordarlo con la proyección en "prime time" de la célebre película de Spilberg, "La lista de Schindler", que descubrió su historia al gran público antes de finalizar el siglo XX. El personaje murió en 1974 en la más absoluta pobreza pero Israel acogió sus restos en un cementerio católico y lo reconoció como "justo entre los justos".

Oskar Schindler (28 de abril de 1908 - 9 de octubre de 1974) fue un industrial y hombre de negocios alemán que salvó a unos 1.200 judíos del Holocausto Nazi, contratándolos para su fábrica de artículos para la Wehrmacht situada en la actual Polonia.

Schindler nació en Zwittau, Moravia (actual Svitavy), Bohemia (entonces parte del Imperio austro-húngaro, actualmente en la República Checa), en el seno de una rica familia católica que se dedicaba a los negocios. Su familia sufrió el hambre de la postguerra de la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión de 1929. Durante su niñez y juventud tuvo entre sus mejores amigos a familias judías. En 1930 se afilió al Partido Nazi por necesidad. Tenía una hermana a la que era muy cercano, Elfriede, 7 años menor que él.

Fue un oportunista y hábil hombre de negocios y no ocultaba su afición por las mujeres, las fiestas y la vida bohemia. Estaba casado con Emilie quien, a pesar de sus devaneos, le profesaba una profunda admiración y respeto.

Schindler fue reclutado por las SS como informante por un tiempo al ser conocedor de los contactos con comerciantes polacos y judíos adinerados, aprovechándose de ello para ganarse la estima de las altas esferas nazis. Los oficiales nazis veían en Schindler no sólo a un simpático y agradable donjuán, sino también a una fuente para proveerse ocultamente en las fiestas de damas de la alta sociedad alemana, apreciadas prendas y artilugios del mercado negro.

Schindler, gracias a estos contactos, vio una oportunidad de lucrarse con un negocio durante la invasión de Polonia en 1939, que dio comienzo a la Segunda Guerra Mundial. Schindler adquirió a bajo precio una fábrica en Cracovia, a la que nombró Deutsche Emaillewaren-Fabrik. Esta fábrica con sus instalaciones intactas se dedicaba a la confección de ollas y utensilios de cocina en tiempos de paz, pero Schindler adaptó la producción para abastecer a la Wehrmacht con utensilios de campaña.

Como la mano de obra germana resultaba cara y además escasa, resolvió negociar con el comandante del campo de labores de Plaszow, el coronel SS Amon Goeth. Desde este campo se enviaban trenes con judíos seleccionados para los campos de exterminio de Auschwitz, Treblinka y Sobibor. Schindler negoció con Goeth el arrendamiento de mano de obra en judíos aptos para su negocio, seleccionando entre ellos a un contable muy habilidoso llamado Itzhak Stern.



Toma de conciencia

Obtuvo inicialmente unos 300 trabajadores judíos para trabajar allí, con la ayuda de Stern. Los judíos seleccionados trabajaban durante el día en la fábrica y en la noche volvían custodiados por guardias al campo. Además del pago de arrendamiento, Schindler debía rendir un tributo de los beneficios de la producción al coronel Goeth.

Poco a poco, gracias a esta convivencia diaria se fue abriendo en la conciencia de Schindler los relatos de las brutalidades y el destino que los nazis le daban a los judíos bajo el nombre de "reinstalación judía".

Schindler empezó a tomar gradualmente conciencia que detrás de la explotación sistemática y esclava de los judíos se estaba propiciando una ideología irracional hacia el judío. Su fábrica era una ventana hacia una maquinaría de exterminio masivo.

Después de la represión del guetto de Cracovia de la cual Schindler fue testigo, empezó a cambiar su actitud hacia los judíos. Hábilmente negoció con el coronel Goeth, judío por judío, pagándole una suma determinada de dinero para que cada uno de ellos fuera empleado en su fábrica. Los judíos eran inscritos en una lista por Stern. Cuando el negocio de las ollas ya no era satisfactorio con la Wehrmacht cambió el rumbo a la producción de cápsulas de artillería para poder mantener en pie la fábrica y así ampliar la solicitud de mayor mano de obra y también mantener la salvación de judíos desde Plaszow.

Schindler dio instrucciones para que una parte de las cápsulas tuvieran defectos de fabricación, en especial las de 88 mm y 75 mm, cuidando de no caer en evidencia de sabotaje. Al principio puede que se sintiera muy motivado por el dinero (por ejemplo, escondiendo a los ricos inversores judíos), pero luego comenzó a proteger a sus trabajadores sin tener en cuenta el beneficio económico. Schindler, gracias a su habilidad, pudo proteger a los judíos de su fábrica y salvarlos de morir en los campos de exterminio. A finales de 1944 Schindler pudo salvara unos 1.200 judíos polacos, quedando casi en la bancarrota.

Una vez liberado el campo de Plaszow por los soviéticos, el coronel Goeth fue ahorcado en el mismo campo después de un juicio sumario. Después de la guerra Schindler emigró a Argentina donde estaba su esposa, ya que a pesar de ayudar a los judíos, fue buscado por pertenenecer a las SS. Se dedicó al negocio de la crianza de gallinas y nutrias. El gobierno de Israel liberó de la persecución a Schindler en 1955. En 1958 se separó de Emilie y regresó fracasado a Alemania, ya que sus negocios en tierras argentinas no prosperaron.

En 1960, el gobierno de Israel reconoció hondamente su iniciativa salvadora para con los prisioneros de Plaszow, cuyos descendientes le recuerdan como un ángel salvador. Fue declarado “Justo entre las Naciones” por el memorial de Yad Vashem el 1 de julio de 1967, permitiéndosele plantar un árbol en la Avenida de los Justos, en Jerusalén, e intentó socorrerle económicamente una vez que este retornó definitivamente a Alemania, pero éste amablemente rehusó y falleció en Hildesheim a la edad de 66 años en la mayor indigencia en 1974. Fue sepultado en el cementerio católico de Jerusalén.

Alemania le recuerda ahora

En Alemania, donde se le olvidó durante mucho tiempo tras haber salvado a cientos de judíos durante el III Reich, con motivo del centenario del nacimiento de Oskar Schindler hay una exposición en el Museo Judío de Francfort, que explora precisamente en las razones de ese olvido.

"Su historia desaparecía una y otra vez porque era demasiado incómoda para la sociedad alemana de la postguerra, en la que había muchos cómplices de los nazis. La historia de Schindler mostraba que había otras posibilidades de comportamiento en esa época", dice Fritz Backhaus, del Museo Judío.

El olvido en que cayó Schindler durante muchos años no fue cosa exclusiva de Alemania. Ni en la ciudad checa de Svitany, donde nació como alemán de los Sudetes, ni en la polaca de Cracovia, donde tuvo su primera fábrica, que utilizó para salvar a judíos de una muerte segura, se le ha rendido a través de los años un culto especial.

Svitany le ha dedicado un pequeño museo pero le ha negado la ciudadanía de honor póstuma. Y en Cracovia no hay una calle que recuerde su nombre ni una exposición permanente sobre su vida.

Pese a algún que otro homenaje, como la Cruz Federal al Mérito que se le otorgó en 1965 por la Reública Federal Alemana, su historia volvía siempre a desaparecer cada vez que se intentaba recordarla en este país.

Ahora, además de la exposición de Francfort, hay un sello de correos -conmemorativo del centenario- que recuerda la historia de Schindler, que como se sabe tuvo una segunda parte muy triste.

En 1957 fracasó en su intento de montar una fábrica en la localidad de Hanau, junto a Francfort. Su situación se hizo tan precaria que fueron prácticamente los judíos a los que salvó la vida durante el III Reich quienes le aseguraron el sustento.

Durante sus últimos años vivía en un modesto y pequeño apartamento cerca de la estación central de Francfort, entregado al alcohol, lo que lo hundió cada vez más.

Schindler murió en 1974 en casa de unos amigos en la ciudad de Hildesheim y su único legado fue una maleta en la que cabían todas sus posesiones y en la que estaba la famosa lista con los nombres de los cientos de judíos que había salvado de una muerte segura en las cámaras de gas.


La singularidad de un católico nazi

La historia de Oscar Schlinder es una historia que surgió del caos de la locura, el soborno y de haber gastado millones en pagar a la SS y, finalmente, arriesgar su propia vida para rescatar a los "judíos de Schindler".

Oscar Schindler llegó al nivel más alto de la Humanidad, caminó entre el más sangriento barro del Holocausto sin ser ensuciada su alma, su compasión, su respeto por la vida humana, dio a su judíos una segunda oportunidad en la vida. Lo hizo como cualquier hombre de negocios, con sobornos, regalos voluptuosos o sutiles según la ocación y cumplió luego de una transformación con su cometido, salvar vidas.

En 1930 el jóven Schindler se hizo miembro del NSDAP luego de que Alemania se anexionara Checoslovaquia. Su padre era propietario de una planta de maquinaria agrícola.

En septiembre de 1939 llegó a Cracovia casi al mismo tiempo que las tropas alemanas la ocuparan. Polonia significó para el hombre de negocios una interesante oportunidad ya que las propiedades de más de 60.000 judíos fueron confiscadas; además las fabricas, negocios y tiendas esperaban a nuevos propietarios.

Entre ellas había dos fábricas que le dieron un éxito inicial, ambas de utensilios domésticos de hierro esmaltado que habían sido propiedad de los judíos. En una de ellas se desempeñó como agente de los ocupantes alemanes. La más conocida es la tercera, que abrió posteriormente en un lugar cercano a Cracovia, en la cual empleó mayoritariamente a judíos, salvándolos de ese modo de la deportación.

Schlinder pidió que los judíos siguieran trabajando en su fábrica y que fueran trasladados a su propio subcampo cerca de la planta "para ahorrar tiempo en llegar al trabajo". A partir de entonces, Schindler consideró que podría haber alimentos y medicinas de contrabando en el cuartel con menos peligro de ser descubierto y así mejorar en algo la calidad de vida de "sus judíos". Los guardias, por supuesto, fueron sobornados, y en cierta medida cómplices y nunca lo descubrieron a pesar de que Oscar Schlinder fue detenido en dos ocasiones.

En el momento en que sus ambiciones y añoranzas de riqueza fueron alcanzadas y podía huir de la guerra, mientras era un hombre rico "su judios" morían en Plaszow y Auschwitz, Oscar Schindler desesperadamente decidió gastar cada céntimo en pagar sobornos a los nazis y a los funcionarios para proteger y salvar a sus judios.

Es curioso ver y descubrir como gastó todo el dinero recaudado en sus negocios anteriores en comprar judíos para su siguiente negocio y al final en salvarlos, y el dinero que no gastó en sobornos a nazis, lo gastó en la alimentación y protección de "sus judíos".

En su fábrica, situada en el campo de trabajo de Plaszow, los guardias nazis tenían estrictas instrucciones de permanecer al otro lado de la valla y nadie estba autorizado a entrar al interior de la fábrica sin el permiso de Schindler, que pasa todas las noches en su oficina con miedo de que la Gestapo pudiera intervenir y descubrir lo que estaba realizando a escondidas.

Dos veces es arrestado por la Gestapo, pero es puesto en libertad, sin duda, ante todo y sobre todo, a causa de sus muchas conexiones con altos oficiales.

En su fábrica, los trabajadores pasan sólo la mitad de hambre de lo que en otros campos. Schlinder se encargaba de que se les alimentara con comidas que alcanzaran las 2.000 calorías frente a 900 en otros lugares (y a veces nada). Cuando los suministros de alimentos eran fundamentales en un pais en guerra, Schlinder gastó grandes sumas de dinero comprandolos en el mercado negro.

En su fábrica los ancianos fueron registrados con 20 años menos, los niños son registrados como adultos. Los abogados, los médicos y los artistas están registrados como trabajadores metalúrgicos y mecánicos para que puedan sobrevivir como esenciales para la industria de la guerra del Tercer Reich.

En su fábrica, nadie fué golpeado o asesinado, nadie fue enviado a campos de los alrededores, como el de Auschwitz.

Ellos estaban protegidos y a salvo con Oscar Schindler. En esos años, millones de judios murieron en los campos de exterminio nazis, como Auschwitz y Treblinka, pero los judíos de Schindler sobrevivieron milagrosamente en Plaszow hasta 1944.

Schindler sobornó a los nazis para conseguir alimentos y un mejor tratamiento para sus judios en un momento en que una de las naciones más civilizadas del mundo, y con la mitad de su población católica, era capaz del sistemático asesinato en masa.


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