viernes, 4 de abril de 2008

Micronutrientes y educación, claves para terminar con el hambre

OSLO.- Los gobiernos podrían dar un gran paso para terminar con el hambre en el mundo si destinan sólo 1.200 millones de dólares al año en suplementos alimenticios y en educación acerca de la comida que necesitan los bebés a naciones en desarrollo, mostró un estudio el viernes.

Este gasto específico para ayudar a miles de millones de las personas más pobres en África y Asia podría salvar millones de vidas y disminuir los gastos sanitarios anuales en más de 15.000 millones de dólares, además de generar vidas más largas y productivas, añadió el informe.

"El hambre y la mala nutrición son responsables de millones de muertes. Pero existen formas relativamente económicas para ayudar a solucionar este problema", dijo Susan Horton, de la Wilfrid Laurier University en Canadá, una de las tres autoras del informe.

El estudio, difundido antes del Día Mundial de la Salud que se celebra el 7 de abril, pertenece a una serie de investigaciones encargadas por el Consenso de Copenhague, un proyecto organizado por el profesor danés Bjorn Lomborg referido al análisis de los costes de las soluciones para los problemas del mundo, desde el sida hasta el terrorismo.

El coste total de sumar micronutrientes como el hierro a la harina para limitar la anemia, de proveer cápsulas de vitamina A para mejorar la visión y el sistema inmune de los niños y de añadir yodo a la sal para prevenir el daño en la tiroides se estimó en 347 millones de dólares.

El estudio, escrito por Horton junto con especialistas del Banco Mundial y del Instituto Nacional de Salud Pública de México, indicó que las medidas sobre la incorporación de esos micronutrientes implicaría beneficios anuales de 5.000 millones de dólares por mejoras en salud.

Asimismo, el informe señaló que la educación en nutrición, para promover ampliamente la lactancia materna de los bebés, costaría unos 798 millones de dólares y traería beneficios por 10.000 millones de dólares.

"La solución a largo plazo del hambre tiene que ser la reducción de la pobreza y la mejora de la disponibilidad de alimentos", dijo Horton.

"Mientras tanto, sugerimos algunas cosas que ayudarán mucho: (sumar) micronutrientes (...) y educar a las personas sobre la edad más vulnerable, cuando los cerebros de los niños están en crecimiento", añadió la autora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario