lunes, 7 de abril de 2008

Navantia construye en Cartagena el sumergible no nuclear más moderno del Mundo

CARTAGENA.- Después de una profunda y amplia modernización de sus astilleros en Cartagena con la finalidad de crear los submarinos S-80, la empresa naval militar Navantia, sucesora de Izar y de la antigua Bazán, se halla inmersa en el proceso de construcción de los S-81 y S-82, los primeros submartinos de una primera serie de cuatro para la Armada Española, que pretende tener una patrulla de forma permanente en el Mediterráneo y otra en el Atlántico.

El Estado Mayor de la Armada estableció para la construcción de los nuevos S-80 unos requisitos muy ambiciosos, que harán de estos submarinos de propulsión no nuclear los más avanzados del mundo.

La construcción de un nuevo submarino es muy compleja, sobre todo cuando se trata de incorporar equipos y sistemas de última generación, algunos de los cuales se están desarrollando en paralelo a la construcción de la nave y que la convertirán, según palabras del presidente de Navantia, en un «referente tecnológico mundial».

Ello ha sido posible gracias a los estudios y trabajos de los ingenieros de la Armada y de Navantia, que, en estrecha colaboración en I+D+I, han conseguido definir, proyectar y hacer realidad tan avanzados y poderosos submarinos de diseño nacional. Se ha apostado por el mayor grado de nacionalización posible en cuanto a los sofisticados y modernos equipos de los que estarán dotados.

La ejecución del programa comportará 16 millones de horas de trabajo para los 2.800 trabajadores del astillero cartagenero y de empresas auxiliares. La entrega a la Armada del S-81 está programada para el año 2013.

Dispondrán de un eficaz y moderno Sistema de Combate Integrado, contratado con la empresa Lockheed Martín, similar a los que montan los submarinos nucleares de ataque estadounidenses. Este sistema irá instalado en una plataforma, cuyo automatismo centralizado le permite operar con una dotación reducida de 32 tripulantes, frente al más de medio centenar de los actualmente en servicio, de la serie 70.

Navegará, en inmersión, con una gran 'silenciosidad', mayor que la de los submarinos nucleares, gracias al diseño de su casco sin protuberancias, a su motor eléctrico y a que sus sistemas van montados en estructuras elásticas.

Las zonas de alojamiento de la tripulación y la sala de control disponen de aire acondicionado y aislamiento acústico, lo que permite a los S-80 disfrutar de una óptima 'tasa de discreción', cualidad muy importante para operar en aguas litorales, con escasas probabilidades de ser detectado y 'ver sin ser visto'.

Su alta resistencia en inmersión, mayor que la de cualquier otro submarino no nuclear, le permite alcanzar notables profundidades, que, sumado a su autonomía y a poder operar con armas más potentes, incluido actuar como 'vector de ataque a tierra', le dan una capacidad extraordinariamente superior a otros sumergibles.

El sistema de propulsión de los S-80 será diésel-eléctrico, con tres generadores diésel, incorporando, como importante innovación, una plataforma independiente de la atmósfera (AIP), basada en una pila capaz de ser alimentada con oxígeno e hidrógeno, que le dará la condición 'anaerobia' para navegar en inmersión.

Un silencioso motor eléctrico de imanes permanentes moverá una gran hélice de paso fijo y de especial diseño, que anulará las 'cavitaciones' a velocidad elevada. El combustible utilizado es bioetanol.

En cuanto a la seguridad, además de los correspondientes sistemas contra incendios y contra vías de agua, dispone de un anillo 'Cofferdam' resistente que, en caso de hundimiento, divide el buque en dos compartimentos refugio, con alimentos, agua y suministro de aire respirable para varios días.

También cuenta con equipos para el escape libre de la tripulación y con una escotilla de salvamento, a la que se puede acoplar un vehículo de rescate.

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