miércoles, 2 de abril de 2008

Productores agrarios de Argentina suspenden por 30 días la huelga

BUENOS AIRES.- Los productores agrarios de Argentina resolvieron este miércoles en una multitudinaria y entusiasta asamblea en Gualeguaychú (230 km al noreste de la capital) suspender por 30 días la huelga que lleva tres semanas y levantar los cortes de rutas.

Miles de productores y dirigentes, que están en conflicto tras el anuncio oficial de aumentar los impuestos a la exportación de granos, tomaron la decisión para "que se restablezcan las condiciones para un diálogo sereno y profundo" con el gobierno, según una proclama leída en el mitin.

"Deseamos aportar propuestas, escuchar razones y buscar juntos soluciones", indica el documento, pero exhorta a las autoridades a "tomar nota de la movilización de 21 días, que no tiene precedentes en la historia del país".

Los máximos representantes de la Federación Agraria, la Sociedad Rural, las Confederaciones Rurales Argentinas y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria no eligieron Gualeguaychú por causalidad para anunciar la tregua.

En la localidad de la provincia de Entre Ríos se produjo un corte de ruta que se transformó en el foco de resistencia del sector más intransigente de los pequeños y medianos productores.

Entre los gritos de "¡Argentina! ¡Argentina!" y el flamear de decenas de banderas celestes y blancas, el dirigente Mario Llambías hizo el anuncio esperado: la suspensión por un término no mayor de 30 días de la huelga de comercializacion de granos y carnes, aunque continúa el estado de alerta y movilización.

"Vamos a analizar una agenda y queremos tener soluciones y no promesas para los problemas de los productores de granos, leche y carne", indicó.

Llambías anticipó que pedirán al gobierno la constitución de una Mesa de Política Agropecuaria, e instó a que en ella se sienten personas que tengan poder político, pero que también sepan qué pasa en el campo.

Los productores habían suspendido el viernes pasado la huelga por 24 horas a pedido de la presidenta Cristina Kirchner para comenzar a dialogar.

En esa ocasión, los interlocutores fueron el jefe de Gabinete Alberto Fernández y el ministro de Economía Martín Lousteau, pero ante la falta de acuerdo, reanudaron el paro hasta este miércoles.

La mecha que incendió el conflicto en el campo argentino fue la decisión del gobierno de aumentar del 35 al 44% las retenciones (impuesto a las exportaciones) de soja, el 'oro verde' que cubre la mitad de las 30 millones de hectáreas cultivadas en el país.

Los tributos representan unos 10.000 millones de dólares anuales, frente a un cálculo global de rendimiento de la cosecha de unos 24.000 millones, y es rechazado por los productores del campo.

El gobierno argumenta que las retenciones son una herramienta para que no se disparen los precios internos frente a los fuertes aumentos del precio mundial de los granos y, además, para incentivar el cultivo de trigo y maíz y la producción de leche y ganado, que quedó relegada.

La prolongada huelga agraria resultó el mayor desafío planteado por un sector económico en los 120 días de gestión de la presidenta Kirchner, quien alcanzó a escuchar el batir de cacerolas ante las mismas puertas de la Casa Rosada y la residencia familiar de Olivos (periferia norte).

La suspensión de la huelga tiene lugar en medio del creciente malestar ciudadano por los cortes de ruta y el consiguiente desabastecimiento y encarecimiento de alimentos en las grandes ciudades, además de la fatiga de los productores.

El gobierno creyó ver intentos desestabilizadores en medio del embate agropecuario y dio una demostración de fuerza el martes en un multitudinario acto en la Plaza de Mayo.

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