miércoles, 30 de abril de 2008

Trichet considera "demasiado pesimista" al FMI y defiende la actual política monetaria

FRANCFORT.- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, afirmó que la economía de la zona euro se mostró "bastante sólida" en el primer trimestre del año y pronosticó que será "razonablemente resistente" en la primera mitad del año, por lo que tachó de "demasiado pesimistas" las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) respecto a la economía del bloque.

"Lo que hemos observado en el primer trimestre de 2008 es que la economía fue bastante sólida y en los seis primeros meses del año probablemente será razonablemente resistente", dijo Trichet en el transcurso de una entrevista con varios diarios austriacos.

El pasado 8 de abril, el FMI estimó un crecimiento de la economía de la eurozona del 1,4% en 2008 y del 1,2% en 2009, mientras que el presidente del BCE volvió a confiar en las proyecciones realizadas por los expertos de la institución europea, que prevén un crecimiento de entre el 1,3% y el 2,1% en 2008.

Por otro lado, el banquero francés defendió que la actual política monetaria del BCE contribuirá a lograr estabilidad de precios y al firme anclaje de las expectativas de inflación.

Asimismo, Trichet declinó realizar comentarios respecto a las palabras del gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, quien había sugerido la necesidad de elevar los tipos de interés ante el alarmante nivel de inflación registrado en la eurozona, aunque subrayó que él es el portavoz del consejo de gobierno de la institución y el encargado de expresar la opinión del conjunto de sus miembros, lo que podría interpretarse en el sentido de que el BCE está cómodo con el actual nivel de tipos de interés al 4% y no se plantea variaciones en ningún sentido.

Por otra parte, el presidente del BCE reiteró la preocupación del banco ante las fluctuaciones experimentadas por las principales divisas y sus posibles implicaciones para la estabilidad financiera y económica.

En este sentido, Trichet volvió a señalar las diferencias que existen entre la economía de la eurozona y la de EEUU, por lo que las respuestas de las instituciones no tienen por qué ser iguales, aunque hizo hincapié en que todos los bancos centrales comparten el doble objetivo de lograr la estabilidad de precios y ser creíbles, lo que de no ser así podría generar problemas para los mercados financieros.

Por otro lado, el presidente del BCE quiso destacar la importancia de la cuestión del "riesgo moral" en las decisiones de las instituciones ante la sospecha de los ciudadanos de que, mientras las ganancias son privatizadas, las pérdidas se socializan, y subrayó que si aquellos que han tenido comportamientos inadecuados no son castigados y asumen sus pérdidas, entonces "no se puede preparar el camino para la toma de decisiones firmes en el futuro por parte de las instituciones financieras".

"Se trata de proteger a aquellos que se han comportado de forma correcta frente a los daños causados al conjunto del mercado por aquellos que tomaron decisiones erróneas", dijo Trichet.

El banquero galo indicó que existe la posibilidad de que en casos excepcionales los parlamentos pudieran plantearse emplear el dinero de los contribuyentes para evitar el riesgo sistémico asociado a la insolvencia de una institución en particular, aunque defendió que el banco central excluye la toma de esos riesgos asociados a la insolvencia de alguna institución.

En este sentido, el presidente del BCE se mostró contrario a una potencial decisión por parte de la UE de cara a compartir las cargas derivadas del hipotético colapso de alguna institución, especialmente en el caso de acuerdos anteriores a que se concrete tal circunstancia, y afirmó que por el momento "no existe consenso".

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