jueves, 29 de mayo de 2008

Los gobiernos tienen un margen reducido para afrontar el alza del combustible

LONDRES.- Agobiados por el alza de los combustibles, los consumidores presionan a los gobiernos para que actúen, pero éstos disponen de un escaso margen de maniobra: no controlan la escalada del precio del petróleo y corren el riesgo de empobrecer sus finanzas al bajar los impuestos a la gasolina.

Pescadores franceses y españoles, camioneros búlgaros, estudiantes y pescadores indonesios y automovilistas rusos, entre otros, protestan contra el alza del carburante frente a sus gobiernos.

Sin embargo, los Estados que no poseen petróleo tienen un margen de maniobra muy limitado en las tarifas de los combustibles porque dependen del precio del crudo, que escapa a su control.

El precio del barril de petróleo se ha multiplicado por seis desde 2002 y la semana pasada alcanzó el récord histórico de 135 dólares.

La ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, reconoce su impotencia. "Desgraciadamente (no hay) soluciones milagrosas", dijo el miércoles.

Las causas profundas de la disparada del precio del crudo escapa a los países consumidores: la creciente sed de China e India por los productos petroleros, el declive de los yacimientos en varios países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) como México, Noruega, Reino Unido y Estados Unidos, la reticencia de la OPEP a abrir sus grifos, el apetito de los fondos de inversión por las materias primas...

"Convencer a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de que suministre más crudo es casi imposible, porque los productores temen que se cree un superávit", señaló Samuel Ciszuk, de la consultora independiente Global Insight.

Incluso Estados Unidos no ha logrado influir en el cártel. El presidente estadounidense, George W. Bush, pidió varias veces en vano a sus aliados sauditas que intercedieran ante la OPEP para aumentar la producción.

Quizás la solución sea enojarse con los fondos de inversión, acusados de hacer subir los precios de las materias primas de manera artificial.

"Los responsables de los fondos de pensiones podrían pronto ser colocados bajo el asador del Senado estadounidense", señaló Olivier Jakob, de la consultora Petromatrix.

Pero "será difícil disuadir a los inversores de concentrarse en las materias primas, y eso llevará tiempo", indicó Ciszuk.

Lo único que pueden hacer los gobiernos europeos a corto plazo es aliviar los impuestos sobre la gasolina. Pero esta medida "se opone a las preocupaciones ambientales", recordó Ciszuk.

La propuesta lanzada el martes por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, de que la Unión Europea (UE) ponga un tope al Impuesto al Valor Agregado (IVA) aplicado a los combustibles fue recibida con escepticismo.

Es una mala señal para los consumidores, ya que esta medida privaría a los Estados de ingresos fiscales necesarios, especialmente en momentos en que se desacelera el crecimiento económico, señalaron los analistas.

"Si bajamos los impuestos, los precios seguirán subiendo y el dinero irá a los bolsillos de los productores de petróleo, más que a los gobiernos europeos", señaló el economista François Lescaroux, del Instituto Francés de Petróleo.

"Para algunos sectores como los pescadores o los camioneros, se pueden planificar soluciones. Pero para el automovilista particular, es suicida", opinó.

Para Lescaroux, sólo una dieta severa en petróleo puede tornar a la economía menos vulnerable a los precios del barril."La solución sería financiar un enorme programa europeo de renovación de la infraestructura", dijo.

Se puede pagar menos si se consume menos, y para ello, según Lescaroux, sería necesario "renovar los automóviles" para que utilicen menos combustible, "invertir en el aislamiento de los edificios, relanzar a gran escala la energía nuclear europea y desarrollar el transporte en tren".

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