sábado, 31 de mayo de 2008

Las últimas propuestas de la OMC son criticadas de todos lados

GINEBRA.- Las últimas propuestas de la OMC para rescatar siete años de negociaciones sobre la liberalización del comercio mundial le han valido críticas de todos lados, y obligan al director general, Pascal Lamy, a asumir un mayor protagonismo para intentar lograr un acuerdo este año.

Aunque ninguno de los 152 países miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) rechazó formalmente los anteproyectos de acuerdo presentados el 20 de mayo, los grandes actores de la negociación los criticaron abiertamente y sólo Lamy parece creer que las condiciones para alcanzar un consenso en junio "finalmente se han reunido".

El miércoles, Estados Unidos dijo estar "inquieto" por el giro que ha tomado la Ronda de Doha, lanzada en 2001 en la capital de Qatar para reducir las barreras aduaneras en el mundo.

La negociadora estadounidense, Susan Schwab, no ocultó su decepción con propuestas que avanzan "hacia un menor equilibrio y apertura de mercados".

El lunes, varios países europeos, liderados por Francia, Irlanda y Polonia, comunicaron al comisario de Comercio de la Unión Europea, Peter Mandelson, sus inquietudes.

Mandelson dijo "compartir plenamente muchas de esas preocupaciones".

Del lado de los países en desarrollo, el secretario indio de Comercio, G. K. Pillai, calificó de "totalmente inaceptables" las propuestas de rebaja de las tarifas aduaneras sobre los productos industriales, ya que Nueva Delhi busca proteger a sus jóvenes industrias de la competencia extranjera.

"No habrá un acuerdo si nuestros intereses nacionales centrales no son protegidos", advirtió.

Los productos industriales están ahora en el corazón del debate, y reemplazan como tema central de la negociación a la agricultura, donde se lograron progresos sobre el tema de los 'productos sensibles' que no quedarían sujetos a una rebaja demasiado fuerte de las tarifas aduaneras.

Con la esperanza de intercambiar una cosa por otra, los países ricos, bajo presión para bajar sus subsidios y tarifas aduaneras sobre los productos agrícolas, piden a los países emergentes abrir sus mercados a la importación de productos manufacturados.

Para tratar de obtener el aval de los países en desarrollo, el mediador de la negociación sobre los bienes industriales, Don Stephenson, retomó varias de sus propuestas, pero se granjeó así el enojo de los países desarrollados, que le acusan de haber hecho 'un árbol de Navidad'.

"Nadie rechazó el texto, pero ninguna cuestión ha sido resuelta", admitió Stephenson tras una reunión con los países miembros.

Las naciones ricas critican particularmente las disposiciones favorables a China, que le otorgan un plazo adicional para bajar sus derechos de aduana, al argumentar que Pekín ya tuvo concesiones para entrar a la OMC en 2001.

También rechazan las facilidades acordadas a uniones aduaneras como el Mercosur, al cual Brasil está fuertemente vinculado.

La secretaría general de la OMC subraya que estas críticas son parte de una postura de negociación normal al acercarse un momento crucial.

Pero el tiempo pasa y la esperanza de obtener un acuerdo en junio sobre la agricultura y los productos industriales se aleja cada vez más, observa un negociador.

Lamy se reunirá el jueves próximo en París con una treintena de ministros para discutir el asunto, al margen de la reunión anual de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

"Debería preguntarles si están prontos o no para negociar entre ellos", dijo un diplomático, que espera una respuesta negativa. "Estamos lejos de tener las bases de una discusión seria. En los productos industriales, estamos en nada", constató.

Lamy tiene la esperanza de que un acuerdo sobre estos dos grandes temas en junio permita concluir toda la negociación antes de la partida del gobierno estadounidense de George W. Bush a finales de 2008.

No hay comentarios:

Publicar un comentario