miércoles, 28 de mayo de 2008

Mexicanos invierten en el sur de Texas

MÉXICO.- Mientras que los mexicanos pobres cruzan la frontera para aprovechar los altos salarios y la red de seguridad social, sus paisanos acaudalados aprovechan la desaceleración económica en Estados Unidos para alcanzar su propio sueño corporativo.

Cualquier persona ajena a la región fronteriza entre México y Estados Unidos esperaría que la inversión privada fluyera únicamente de norte a sur. El lado mexicano de la frontera con Texas está lleno de fábricas que las compañías estadounidenses abrieron desde que el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica les facilitara el camino hacia la mano de obra barata.

Pero entre los dos países miles de millones de dólares se mueven en ambas direcciones cada año. En el valle del Río Grande (llamado río Bravo en México), en el sur de Texas, los mexicanos y sus corporaciones están inyectando su dinero en bienes raíces, negocios y ventas minoristas en el lado estadounidense de la frontera.

Algunos de los factores que intervienen en la canalización del dinero hacia el norte incluyen la existencia de bienes raíces de alto valor a precios razonables, el deseo de acceder a los consumidores estadounidenses, las oportunidades creadas por la economía en desaceleración y un dólar más débil.

Otros factores para este flujo monetario son los atractivos para las compras, el turismo a la Isla del Padre, así como la posibilidad de alejarse de los secuestros y la violencia generada por los cárteles de las drogas.

"Prefieren comprar terrenos en Estados Unidos porque los consideran tan buenos como el oro", declaró Gilberto Salinas, portavoz del Consejo de Desarrollo Económico de Brownsville. "Hay dinero allá (en México)".

No existe información regional sobre cuántos mexicanos tienen inversiones en el sur de Texas, pero Keith Patridge, presidente y director general de McAllen Economic Development Corporation, declaró que "la idea equivocada número uno es pensar que no hay dinero en México".

Patridge dijo que puede percibir un "incremento marcado en la inversión de México dirigida al norte".

Las cifras nacionales reflejan esa tendencia.

En el 2006 la inversión de las compañías mexicanas aumentó 60% a 6.100 millones de dólares. La inversión de las empresas estadounidenses en México es mucho mayor, pero sólo se incrementó 13% a 6.100 millones de dólares durante el mismo año, según informes preliminares del Buró de Análisis Económico del Departamento de Comercio de Estados Unidos.

En 1999 la inversión directa de las compañías mexicanas en Estados Unidos era de 1.700 millones de dólares.

Durante el 2005 las filiales de las compañías mexicanas tenían propiedades, instalaciones y equipos en Texas por 1.600 millones de dólares en total. Ese es el año más reciente del que el Departamento de Comercio tiene datos a nivel estatal. La cifra era mayor por 1.400 millones en comparación con el 2002, lo que deja a Texas en el segundo puesto después de California en cuanto a inversión mexicana directa.

Las compañías mexicanas que operan en Estados Unidos suman 4% de los trabajos atribuidos a la inversión extranjera directa en Texas, en comparación con el 1% del total en el país. Un artículo publicado en noviembre por el Banco de la Reserva Federal de Dallas atribuía esto a "la proximidad de México a Texas y las operaciones del mercado bajo el Tratado de Libre Comercio".

Estas son algunas de las más recientes inversiones mexicanas en el valle del Río Grande:

En enero, Grupo Famsa, con oficinas centrales en Monterrey, México, anunció la compra de la cadena de tiendas de muebles Edelstein's Better Furniture por 16 millones de dólares. La cadena, de cien años de antigüedad, posee nueve tiendas en el valle.

A mediados de este año, PIASA, una compañía de especias con oficinas centrales en Monterrey, piensa abrirse paso en Estados Unidos con una planta por valor de seis millones de dólares en Brownsville.

Este mes, Grupo Mianca, una constructora con oficinas centrales en Ciudad Victoria, anunció un proyecto de 80 condominios de lujo en McAllen.

Hace dos años Banorte, un banco con oficinas centrales en Monterrey, invirtió 259 millones de dólares por una participación del 70% en el Inter National Bank, que tiene sucursales a lo largo de los 1.931 kilómetros (1.200 millas) de la frontera de Texas, con el objetivo de abarcar el mercado hispano de Estados Unidos y vender hipotecas a ambos lados de la línea divisoria entre los dos países.

Autoridades de desarrollo económico, consultores de bienes raíces y los banqueros en el valle del Río Grande consideran que Estados Unidos es un lugar mejor para invertir.

"La revalorización (de las propiedades) es de tres a cuatro veces mayor que en México", declaró David Allex, de Allex International Properties, un corredor de bienes raíces en ambos lados de la frontera.

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