domingo, 4 de mayo de 2008

Los gobiernos asiáticos tratan de contener los elevados precios del arroz

HONG-KONG.- Con racionamientos, subvenciones, organización de carteles o limitación de exportaciones, los países asiáticos productores de arroz intentan a toda costa proteger a sus poblaciones de la incesante carestía de este alimento básico en la región.

"Los países productores limitan las exportaciones porque están preocupados por la situación del mercado nacional", explicó Jonathan Pincus (en la imagen), economista del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Vietnam.

Prueba de esa inquietud, los ministros de Comercio de la Asociación de las Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), reunidos en Jakarta, acordaron el sábado actuar en conjunto para estabilizar el precio del arroz y aumentar la producción.

A menudo criticados por su lentitud en la toma de decisiones, los miembros del "grupo de los Diez" reaccionaron rápidamente, decidiendo "ayudarse mutuamente para estabilizar los precios (de los alimentos) a escala global y abstenerse de cualquier medida que pueda perturbar el precio del arroz", según la ministra indonesia de Comercio, Marie Elka Pangestu.

Son miembros de la ASEAN Tailandia, Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Vietnam, Brunei, Laos, Camboya y Birmania.

El arroz es el alimento básico del sureste asiático y su exportación por los países de la región tiene un impacto fundamental en su cotización a nivel mundial, ya que representa el 50% de la totalidad de las exportaciones de todo el mundo.

Primer productor mundial, Tailandia ya había abogado a favor de una acción conjunta al anunciar, el 30 de abril, su intención de crear un cartel junto con Birmania, Camboya, Laos y Vietnam, para fijar el precio del arroz bajo el modelo de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Vietnam, segundo exportador mundial, anunció a fines de marzo que reduciría sus exportaciones este año de 4 a 3,5 millones de toneladas. Numerosos supermercados y tiendas fueron tomados por asalto en este país tras rumores de una posible escasez.

En Camboya, el alza de los precios obligó a fines de abril al Programa Alimentario Mundial de Naciones Unidas (PAM) a suspender indefinidamente un programa de reparto de desayunos gratuitos a 450.000 colegiales de familias pobres.

Tercer exportador de arroz, India también prohibió las exportaciones de algunas categorías de arroz. La agricultura sustenta a dos tercios de los 1.100 millones de habitantes de ese país, donde 300 millones de personas viven con menos de un dólar por día.

"Tradicionalmente el arroz se consume en el lugar donde se produce, es por ello que la oferta en el mercado internacional es extremadamente reducida", indicó Pincus. Cuando los compradores ven que la oferta es limitada, los precios se disparan. Es lo que pasa actualmente", explicó.

Indonesia no limitó oficialmente sus ventas de arroz al exterior pero decretó que sólo se podrá exportar cuando las reservas nacionales sean superiores a tres millones de toneladas.

En Filipinas, ante la creciente tensión, el ejército desplazó tropas para la distribución de arroz en los barrios pobres de Manila.

"Cuando la gente tiene hambre, se desespera y opta por soluciones desesperadas", advirtió Damien Kingsbury, profesor de la universidad australiana de Deakin.

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