ROMA.- El nuevo movimiento derechista de Silvio Berlusconi está preparando una dura legislación para reforzar los filtros sobre los inmigrantes - especialmente contra gitanos del este de Europa -, a quienes muchos italianos culpan de la criminalidad.El plan podría incluir la reinstauración de controles fronterizos - pese a que Italia es miembro del espacio Schengen de la Unión Europea, donde hay libre circulación de personas -, la conversión de la inmigración ilegal en un delito susceptible de cárcel, la aceleración de las deportaciones y la transformación de los centros de acogida en campos de detención.
El ministro del Interior, Roberto Maroni, de la Liga Norte - partido de tendencia contraria a la inmigración -, dijo que quiere que el Parlamente dé "tratamiento preferencial" a las nuevas leyes proyectadas.
Reforzando las preocupaciones en el exterior sobre que el verdadero objetivo son los gitanos, la derecha gobernante también promueve comisarios extraordinarios para los gitanos en algunas ciudades.
El lunes, el primer ministro rumano, Calin Tariceanu, advirtió de que el plan, que podría castigar la inmigración ilegal con hasta cuatro años de prisión, podría dar alas a actitudes xenófobas hacia sus ciudadanos, aunque Italia ha asegurado a Rumanía que sus ciudadanos no serán un objetivo.
El nuevo alcalde de Roma, el derechista Gianni Alemmano, un ex líder de las juventudes neofascistas que ahora se describe como un conservador convencional, dijo que la capital tendrá pronto su comisario extraordinario para gitanos, al igual que Milán.
Residentes locales recientemente han prendido fuego a dos campamentos gitanos en Nápoles - previamente evacuados por la policía - después de que una gitana de 17 años fuera acusada de intentar secuestrar un bebé italiano.
Berlusconi dijo al Parlamento que hasta los alcaldes de izquierda apoyaron endurecer los controles sobre la inmigración, no sólo los de la Liga Norte.
El alcalde de la localidad de Giugliano, cerca de Nápoles, dijo que la presencia de 13 campamentos gitanos estaba empobreciendo a su ciudad, de 110.000 personas, que las amenazas de robos ahuyentan los negocios y que hasta el personal de la base de la OTAN en Nápoles no quiere vivir allí.
"Nada justifica la violencia, pero la presencia sin control de gitanos en nuestra localidad ha detenido nuestro desarrollo económico", dijo Giovanni Pianese. "Nuestras puertas están abiertas a gitanos que viven honestamente, pero esos que viven de los embustes y el robo deben irse".
El líder de la oposición de centroizquierda, Walter Veltroni, derrotado por Berlusconi en las generales del mes pasado, dijo al Parlamento que su Partido Democrático apoya las expulsiones más rápidas de los inmigrantes ilegales, pero agregó: "Cuidado con cazar inmigrantes, cuidado con los vigilantes".
También advirtió al Gobierno: "No piensen que tienen al país en el bolsillo, pues 19 millones de ciudadanos no les han votado".
Sin embargo, la actuación de Berlusconi al comienzo de su mandato ha logrado tal consenso que un aliado de Veltroni, el ex juez anticorrupción Antonio Di Pietro, dijo: "Soy el único que queda en la oposición".
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