jueves, 15 de mayo de 2008

Constructoras lusas temen la 'invasión' de empresas españolas atraídas por la inversión en obras públicas

LISBOA.- Los empresarios de la construcción portugueses temen la entrada masiva de grupos constructores españoles empujados por la crisis del sector en España y atraídos por una etapa de fuertes inversiones en el área de las obras públicas en Portugal, más de 44.000 millones de euros hasta 2017, según informa hoy "Diario Económico".

En la primera mitad de la década de los 90 Portugal vivió un 'boom' en las obras públicas gracias a la Expo 98, que obligó a construir el Puente Vasco de Gama, varias autopistas y otro tipo de servicios. Entonces, muchas constructoras portuguesas perdieron contratos a favor de grupos españoles. Ahora temen que la historia se repita.

La profunda crisis en la que está inmerso el sector de la construcción en España coincide con un nuevo auge de la inversión en obras públicas en Portugal, que tiene previsto invertir en los próximos diez años unos 44.000 millones de euros para la construcción, entre otros, del nuevo aeropuerto, de un nuevo puente sobre el río Tajo a su paso por Lisboa, de varios embalses y de la red del Tren de Alta Velocidad, que conectará Lisboa con Madrid, Oporto y Faro.

Ante esta situación, los empresarios del sector que participaron en el II Forum de la Construcción organizado por "Diario Económico", advirtieron del peligro de la "invasión" española. La solución propuesta, es la concentración de empresas y que el Gobierno asegure la protección de las empresas "como se hace en España", defendió el presidente de Mota Engil, Antonio Mota. En su opinión, "es necesario exigir la defensa de los intereses nacionales. Portugal tiene que tener más capacidad para imponerse", dijo.

El presidente de la mayor constructora lusa argumentó que España siempre cerró las puertas a la entrada de constructoras portuguesas en su país, al mismo tiempo que comenzaba su internacionalización precisamente en Portugal. "Mota Engil tiene una invitación, hace 15 años, de empresas españolas para entrar en un consorcio de obras públicas en Portugal, pero en España ninguna acepta la contrapartida, ni con Portugal ni con ningún otro país", afirmó.

Pero además de la protección del Estado, Antonio Mota y Filipe Soares Franco, presidente de ANEOP, asociación que reúne los intereses de las principales constructoras portuguesas, defendieron que las empresas también tienen que asumir responsabilidades. La primera aprender de los otros en lo que se refiere a fusiones y adquisiciones de empresas.

Mientras en España en los últimos 15 años hubo 24 fusiones y adquisiciones, en Portugal sólo dos, indicó el presidente de Mota Engil. En Portugal existen demasiadas constructoras, por eso es necesario reforzar el proceso de concentración, sin él no será posible frenar y competir con los españoles, argumentaron los responsables.

(Bolsa de Oporto)

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