martes, 27 de mayo de 2008

Empresas agrícolas estadounidenses invierten en México

MÉXICO.- Algunas empresas estadounidenses ahora cultivan más de 18.211 hectáreas (45.000 acres) de tierra en tres estados mexicanos, y dan empleo a unas 11.000 personas, según muestra una encuesta efectuada en el 2007 por el grupo agrícola estadounidense Western Growers.

No hay estudios anteriores que permitan determinar qué tanto ha aumentado el número de hectáreas cultivadas por empresas estadounidenses.

Pero la inversión norteamericana directa en la agricultura mexicana, que incluye tanto a compañías de Estados Unidos que trasladan sus operaciones a México como el establecimiento de sociedades con empresas mexicanas, se ha septuplicado a 624 millones de pesos (60 millones de dólares) desde el 2000, según indicó la Secretaría de Economía.

Grandes corporaciones como Archer Daniels Midland Company y Bunge Ltd. han invertido en Latinoamérica desde hace décadas, en especial en países como Brasil, donde hay un auge de negocios agrícolas.

Algunos pequeños agricultores han cultivado partes de México por mucho más tiempo, con el fin de asegurar el suministro de frutas y vegetales todo el año, al tiempo que aprovechan la mano de obra barata y la cercanía con Estados Unidos.

Pero las recientes tendencias de incrementar los cultivos al sur de la frontera con México han estado impulsadas por algo nuevo, dicen los agricultores: una forma de seguir suministrando productos agrícolas baratos y frescos ante el actual estancamiento político en Estados Unidos en torno a la situación de aproximadamente 12 millones de inmigrantes indocumentados en territorio estadounidense, la mayoría provenientes de México.

Las redadas recientes de la Oficina de Inmigración y Aduanas han estado dirigidas contra importantes productores agrícolas, incluyendo a Del Monte Fresh Produce en Portland, Oregón, y varias plantas empacadoras grandes en todo el país, las cuales han ahuyentado a los inmigrantes y han convencido a muchos empleadores agrícolas a hacer sus contrataciones de acuerdo con lo que marca la ley.

Muchos de los agricultores, que sólo solían producir en el Valle Salinas de California, también se están dirigiendo hacia el sur para escapar de los elevados precios de la tierra y la escasez de agua. México está más cerca de los mercados del este de Estados Unidos que California, dicen.

Los tiempos de envío a Atlanta se demoran un día menos desde el estado mexicano de Guanajuato.

Pero no todo el mundo en México les ha dado la bienvenida a las empresas estadounidenses. Los agricultores mexicanos se quejan de que han provocado el alza en los precios de la renta de tierras. A muchos campesinos locales les preocupa que no pueden competir contra las grandes empresas extranjeras, dijo Felipe Sánchez, presidente de un grupo de agricultores en Guanajuato.

Los trabajadores agrícolas en compañías estadounidenses en México ganan dos o tres veces el salario mínimo mexicano de 50 pesos (4,91 dólares) diarios. Pero aún así obtienen bastante menos que el promedio de 100 pesos (9,60 dólares) la hora que sus pares en Estados Unidos recibieron en enero del 2008, de acuerdo con el Departamento de Agricultura estadounidense.

Algunos expertos argumentan que los agricultores simplemente se niegan a elevar los salarios que pagan en Estados Unidos para competir con otras industrias, algo que los especialistas consideran ayudaría a aliviar la difícil situación laboral.

A medida que Estados Unidos se aproxima a una posible recesión, más trabajadores nacidos en el país podrían considerar dedicarse a la agricultura si los salarios fueran lo suficientemente elevados, dijo Harley Shaiken, director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de California en Berkeley.

"La escasez laboral siempre es una cuestión relacionada con el índice de salarios", dijo Shaiken. "Con mucha frecuencia, si los salarios son artificialmente bajos, será muy difícil hallar una fuerza de trabajo".

Pero Steve Scaroni dijo que ofreció sueldos más elevados y aún así no pudo hallar una fuerza laboral constante en Estados Unidos.

Es propietario de VegPacker, con sede en California y Guanajuato, que siembra lechuga, apio, coliflor y otros vegetales. La empresa ha pasado apuros tras invertir millones de dólares para lanzar su división en México hace dos años.

El problema es que la mano de obra barata en México puede salir cara, porque la productividad es menor y los costos de entrenamiento son altos, en especial cuando se trata de alcanzar los estándares estadounidenses de seguridad en los alimentos.

"Lo único que es más barato acá abajo (en México) es el diesel y el salario diario", señaló Scaroni. "Mi productividad ha bajado 40%" en comparación con los niveles estadounidenses".

"Estoy muy preocupado por el futuro de la agricultura en Estados Unidos", agregó.

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