martes, 6 de mayo de 2008

Eslovaquia, dividida sobre la adopción del euro

BRATISLAVA.- La idea de convertirse en el primer país de Europa central que adopta la moneda europea divide a los eslovacos, mientras Bruselas se prepara para evaluar el miércoles la capacidad económica de Bratislava para unirse al club de 15 países que ya integran la Eurozona.

Según los informes preliminares, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE) autorizarían la candidatura de Bratislava, que programó su cambio de moneda para comienzos de 2009.

"Ahora es sólo una formalidad", estimó Juraj Valachy, analista del banco Tatra. Las previsiones económicas publicadas la semana pasada en Bruselas muestran que Eslovaquia cumple con todos los criterios de convergencia.

El control sobre el alza de los precios era el principal desafío a resolver para respetar la hoja de ruta y las previsiones anticipan una desaceleración de la inflación a 3,2% en 2009, tras 3,8% este año.

Las recomendaciones de la Comisión Europea y del BCE culminarán en una decisión final de los dirigentes europeos en su cumbre de junio, que también será la ocasión para los ministros de Finanzas de fijar la tasa de conversión entre la corona eslovaca y el euro.

Desde la semana pasada, el primer ministro eslovaco, Robert Fico, estimó que las previsiones "confirman que Eslovaquia es considerado como un país estable no sólo desde un punto de vista político, sino también desde el punto de vista financiero, económico y social".

Tras la reciente integración de Eslovaquia en la zona de libre circulación Schengen, su gobierno de izquierda ha hecho del pasaje al euro uno de los ejes de su política.

No obstante, muchos de los 5,4 millones de eslovacos temen una disparada de los precios cuando se comparan a sus ricos vecinos del oeste.

"Pienso que los precios subirán un 40% en dos años, basta con ver el nivel en Austria y en Alemania", afirmó Josef Hengentler, feroz opositor al euro, en un mercado del barrio Nove Mesto, en las afueras de Brastislava.

El salario mensual de este obrero de 66 años se sitúa en el promedio nacional de 19.000-20.000 coronas (591-622 euros). Se confiesa como "fan de Fico" pero piensa "que cometió un error" con el euro.

La misma opinión expresa Terezia Hochelova, maestra de 31 años, consultada en uno de los llamativos y ostentosos centros comerciales, símbolos de la nueva prosperidad del pequeño país que registra una de las tasas de crecimiento más elevadas de Europa (10,4% en 2007).

"El euro va a ser un gran shock, sobre todo para aquellos que pertenecen a las capas sociales más bajas", predijo, y lamentó que su país no haya recibido un plazo para llevar a cabo una reflexión sobre el tema, como hicieron sus vecinos checos y polacos.

Como Terezia, cerca de 56% de los eslovacos piensan que el euro será "una desventaja" para ellos, según un sondeo publicado la semana pasada por el Instituto UVVM de Bratislava.

La campaña de explicación pedagógica del gobierno sobre la moneda única adquirirá mayor velocidad a fines de junio e inicios de julio.

"Todo comenzará tras la decisión política final de los dirigentes de la Unión Europea", explicó Igor Barat, designado por el gobierno como portavoz del proceso de adopción del euro.

El gobierno espera atraer más inversiones extranjeras, uno de los motores del boom económico del ex país comunista, y espera que el pasaje al euro refuerce la competitividad.

"Prevemos que el euro se traducirá en una ganancia anual de 0,5 puntos de crecimiento adicional para la próxima década", explicó el analista del banco Tatra. Para este experto, no hay dudas: los inversores elegirán a su país a raíz de las ventajas del euro.

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