viernes, 2 de mayo de 2008

Gobierno y agricultores argentinos llegan a acuerdos por el trigo y la carne

BUENOS AIRES.- El gobierno argentino y los agricultores llegaron a acuerdos en torno a las exportaciones de trigo y carne tras una maratónica reunión que puso fin a una masiva huelga de 21 días.

La promesa del gobierno de garantizar al productor el precio pleno del trigo y la reapertura del registro de exportaciones de carne fue bien recibida por la dirigencia agraria. De todos modos, los líderes agrarios aclararon que la decisión de continuar con eventuales medidas de fuerza recaerá en las asambleas de productores.

"Hubo acuerdo en carne y trigo y el martes comenzaremos a analizar el tema de las retenciones (de impuestos a las exportaciones) de granos. Creo que estamos en el camino de encontrar soluciones", indicó Fernando Gioino, de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), tras la reunión.

Luciano Miguens, de la Sociedad Rural Argentina (SRA) advirtió de que la tregua no se había levantado y anunció que a partir del lunes el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, prometió comenzar a hablar del tema de los gravámenes a las exportaciones de granos. El detonante de la crisis fue precisamente la fijación de una tasa flotante para las retenciones (impuestos), que dependerá de los precios internacionales de la soja, lo que fue considerado confiscatorio por los productores.

Eduardo Buzzi, de la combativa Federación Agraria Argentina (FAA), insistió en que "las retenciones móviles son el tema que más preocupa a los productores y sigue sin resolverse". El dirigente de la entidad que nuclea a los pequeños y medianos productores señaló que este jueves se analizarán las propuestas del gobierno con las bases. "Quiero que este país se pacifique", dijo Buzzi, pero advirtió de que "hay una altísima probabilidad de que haya protestas, aunque no necesariamente será una huelga".

Las entidades más importantes del campo suspendieron el 2 de abril la huelga que mantuvieron durante 21 días y que produjo desabastecimiento de alimentos, para abrir un paréntesis de diálogo con las autoridades. Sin embargo, la decisión del gobierno de no dar marchar atrás con el sistema de retenciones móviles parecía bloquear la negociación.

La soja es el principal producto exportable de Argentina, de fuerte economía agrícola. El valor de la cosecha de la oleaginosa está calculado en unos 24.000 millones de dólares para 2008. Los planes del gobierno contemplan recaudar unos 11.000 millones de dólares en impuestos.

Durante el paro, miles de productores paralizaron la comercialización de granos y carnes y participaron de asambleas y de unos 400 cortes de carreteras que vinculan las grandes ciudades, entre ellas Buenos Aires, con los centros de producción agroindustrial.

El gobierno defiende las retenciones con la intención de desalentar el cultivo de soja y estimular la siembra de otros granos y la producción de carnes. Otro objetivo es mantener estables los precios internos de los alimentos, en momentos en que la inflación real, según las consultoras privadas, se ubica en cerca del 25% anual.

La crisis con el campo derivó en una conmoción política y causó hace una semana la caída del ministro de Economía Martín Lousteau, reemplazado por el experto en finanzas públicas Carlos Fernández.

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