viernes, 9 de mayo de 2008

La crisis alimentaria golpea a los vietnamitas más pobres

HANOI.- "Hace dos meses, un kilo de arroz costaba unos 8.000 dongs (50 centavos de dólar). Hoy vale 16.000", lamenta Le Thi Luyen, una vietnamita de 22 años que sufre a diario la disparada del precio de los productos alimenticios.

En las afueras de Hanoi, la capital vietnamita, donde modernas zonas industriales ganan espacio a los arrozales centenarios, Luyen, hija de un campesino, lucha por subsistir con su trabajo en una fábrica.

Como otros miles de trabajadores, la joven camina todos los días desde su ciudad dormitorio por un sendero de tierra ajado por el sol hasta la cercana zona industrial, donde gana un salario de 60 dólares al mes en una planta que fabrica partes de moto.

La vida nunca fue sencilla, dice Luyen, de cuclillas en la habitación de tres por cuatro metros que comparte con otros tres trabajadores y su hija en la comuna Kim Chung, al norte de Hanoi.

Pero las cosas han empeorado bastante en los meses recientes, señala, desde que la disparada de los precios de los alimentos alcanzó Vietnam e impulsó la inflación al 21% en abril, en relación a un año atrás. "El precio de los alimentos ha subido mucho, y el dinero que ganamos ya no alcanza", dice Luyen.

La mayoría de los vietnamitas gastan la mayor parte de sus ingresos en comida, y el costo de los alimentos subió un 38% interanual en abril. "En el pasado podía ahorrar un par de cientos de dongs al mes, pero ahora no me sobra nada", cuenta Luyen. "Tengo que gastar todo mi dinero en productos de uso cotidiano. El dinero no alcanza, pero no tenemos muchas opciones".

Al igual que muchos trabajadores que han nutrido el boom económico de Vietnam -con tasas de crecimiento anual del 7% en la década pasada- Luyen llegó desde el campo a la ciudad en busca de mejor vida. "En mi familia son campesinos", dice Luyen, de la cercana provincia de Ha Tay. "Hemos cultivado arroz durante muchos años, pero recientemente el mal tiempo ha dañado nuestras cosechas y hemos tenido que pagar más por los fertilizantes y los pesticidas", relata. "Pronto un parque industrial será construido en nuestra tierra, así que tenemos que encontrar otras maneras de ganarnos la vida", añade.

La historia de Luyen es similar a las de millones en Vietnam y en gran parte del sureste asiático, y ayuda a explicar algunas de las causas y consecuencias de la actual crisis generada por el aumento de los precios del grano a nivel mundial, dicen los expertos.

Hanoi, como muchas ciudades asiáticas, emergió en el delta de un río, donde hace unos 1.000 años la gente comenzó a construir diques y canales de irrigación en el río Song Hong (río Rojo) para cultivar arroz.

"Hoy en día, al expandirse las ciudades asiáticas, las zonas arroceras se contraen", dijo Jonathan Pincus, economista jefe del programa para el desarrollo de la ONU en Vietnam. "Asia atraviesa actualmente un periodo histórico de crecimiento económico, de industrialización. Hay tierra que deja de ser cultivada que es destinada a viviendas, y otras tierras son usadas con fines industriales. No es tierra marginal, es una de las tierras arroceras más irrigadas de Asia. "Este es un factor en Vietnam, China, Indonesia y Tailandia", sentenció.

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