domingo, 25 de mayo de 2008

La crisis alimentaria, ¿una salida para el excedente de arroz nipón?

TOKIO.- Productor excedentario de arroz y obligado a desempeñar a la vez el papel de importador, Japón dispone de un abundante 'stock' inutilizado que por fin podría encontrar salida ante la oportunidad que le ha brindado la actual crisis alimentaria mundial.

El precio del arroz en el mundo se ha disparado en los últimos meses, pasando de los 375 dólares (238 euros) la tonelada en diciembre a 1.100 dólares (698 euros) en abril, según los cálculos de la organización norteamericana Center for Global Development (CGD).

Pero la escalada apenas se ha notado entre los consumidores japoneses, puesto que el precio del arroz está por las nubes desde hace décadas. El precio de venta sobrepasa ligeramente los 2.000 dólares (1.269 euros) la tonelada sin ninguna alternativa para el comprador, ya que las subvenciones masivas y las tasas de aduana prohibitivas bloquean celosamente el mercado.

"El mercado japonés del arroz es completamente independiente del internacional", señaló Kyohei Morita, analista de Barclays Capital en Tokio.

A los japoneses les gusta llamar a su país 'mizuho no kuni', que significa "país del arroz abundante".

Las extensiones de arroz, generalmente gestionadas familiarmente, tienen un rol muy importante en el imaginario colectivo, la cultura y la gastronomía nacionales, pero también en la política: los agricultores apoyan tradicionalmente al partido liberal-demócrata, el grupo de derecha en el poder desde hace medio siglo.

Estos pequeños campos sólo sobreviven a base de subvenciones del Estado, puesto que el 40% no está explotado y el consumo no deja de caer, ya que cada vez más japoneses prefieren la pasta, el pan u otros productos occidentales.

Según el ministerio de Agricultura, Japón produjo 8,71 millones de toneladas de arroz en 2007, de las que se exportó una cantidad ínfima.

A esto se le añaden las 770.000 toneladas que el país está obligado a importar cada año, esencialmente de Estados Unidos, de Tailandia o de Vietnam, para garantizar un "acceso mínimo" a su mercado, según las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Estas importaciones no acaban nunca en los estantes de los supermercados. "El arroz tailandés no es apto para la cocina japonesa. El arroz californiano es más similar al japonés, pero para proteger a los agricultores el Gobierno les ha prometido que nunca llegará al consumo directo", explica Nobuhiro Suzuki, profesor de la Universidad de Tokio.

Cerca de 2,3 millones de toneladas de arroz están actualmente en 'stock'. Un millón de toneladas proviene del excedente nacional y el resto es importado.

Pero con la crisis alimentaria mundial que amenaza con hambrunas a numerosos países productores de arroz, Tokio ha anunciado su intención de vender urgentemente 200.000 toneladas de arroz a Filipinas y otras 20.000 toneladas a cinco países de África.

Estados Unidos "apoya" la iniciativa japonesa, indicó Gretchen Hamel, portavoz de la Representante del Comercio, tras un encuentro bilateral sobre el asunto. "Los dos países están de acuerdo en la necesidad de actuar con rapidez", añadió.

Estados Unidos pretende autorizar a Japón a revender a otros países el arroz que le ha comprado. Según las reglas de la OMC, en efecto, un país sólo puede reexportar el arroz si el exportador inicial da su acuerdo.

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