miércoles, 14 de mayo de 2008

La economía de EEUU podría evolucionar mejor de lo previsto a corto plazo

WASHINGTON.- Una sucesión de indicadores alentadores, como la resistencia del consumo anunciada el martes, hace creer a los analistas que la economía podría evolucionar mejor de lo que se preveía, aunque a medio plazo las perspectivas son inciertas.

Las ventas minoristas bajaron un 0,2% en abril en relación a marzo, pero excluyendo automóviles, el consumo aumentó de hecho un 0,5%, como consecuencia de una recuperación general, principalmente en los sectores afectados por la crisis inmobiliaria, pero también en los de entretenimiento y gastronomía.

Se trata de una señal positiva, porque el consumo representa más de dos tercios del crecimiento estadounidense.

Además, "se puede esperar que las devoluciones de impuestos mejoren la situación en el futuro", subraya Aneta Markowska, de la Societe Generale.

El Departamento del Tesoro ya distribuyó más de 27.000 millones de dólares en retorno de impuestos en el marco del plan de reactivación para evitar una recesión, que restituye a los contribuyentes unos 152.000 millones de dólares en 2008.

"Aunque gran parte de esos cheques serán destinados al ahorro o a reembolsar deudas, ayudarán también a sostener la demanda en los cuatro a seis próximos meses. Ello podría permitirnos evitar un trimestre de crecimiento negativo", estimó el economista independiente Joel Naroff.

Varios indicadores reafirmaron el prudente optimismo de los analistas en las últimas semanas. El crecimiento no cayó al rojo en el primer trimestre como muchos temían (manteniéndose en 0,6%), el sector de servicios se recuperó sorpresivamente en abril y el mercado laboral se degradó menos que lo previsto (20.000 empleos perdidos).

El secretario del Tesoro, Henry Paulson, alimentó este optimismo la semana pasada afirmando que "lo peor debería haber quedado atrás" en la crisis del crédito hipotecario a riesgo ('subprime').

Los mercados aplaudieron: tras registrar en abril su mejor mes desde octubre, la Bolsa de Nueva York continuó progresando marcadamente en mayo, con un alza del 2,45% del índice Dow Jones desde comienzos del mes. El dólar, por su parte, comenzó a invertir su tendencia a la baja.

Sin embargo, las advertencias contra un optimismo excesivo se multiplican.

El martes, el presidente de la Reserva Federal (Fed) Ben Bernanke afirmó que los mercados financieros están "todavía lejos de su estado normal". A principios de mayo fue el director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, quien expresó su temor de que las buenas cifras sobre la economía estadounidense fueran una efímera "hoguera de paja".

En efecto, varios factores invitan a la prudencia.

La confianza de las familias continúa restringida, los precios del petróleo vuelan de récord en récord y el sector inmobiliario, que originó la crisis, todavía no logra ver la luz al final del túnel. Según cifras de agentes inmobiliarios publicadas el martes, el precio promedio de las viviendas individuales bajó un 7,7% en el primer trimestre (en ritmo anual).

Los analistas estiman en consecuencia que la mejoría podría ser de corta duración.

"Aunque el plan de reactivación sostendrá sin duda el crecimiento en el segundo y tercer trimestre, es difícil decir si imprimirá un dinamismo durable a la economía", advirtió Rishi Sondhi del banco RBC.

Muchos prevén un fin de año difícil para la economía estadounidense.

"La resaca será desagradable tras el plan de reactivación, con un consumo mínimo en el último trimestre de este año y en el primero del año próximo", pronosticó por su parte Brian Bethune de Global Insight.
(Vista de una calle de Manhattan, en Nueva York)

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