lunes, 5 de mayo de 2008

La soledad de Yahoo! / Enrique Badía


La retirada de la oferta lanzada por Microsoft para adquirir Yahoo! no es seguro que calme las agitadas expectativas de adquisiciones, fusiones y alianzas en que se mueven los principales actores de internet. Por lo pronto, las acciones del buscador no sufrieron el descalabro que preconizaban los analistas, en parte debido a rumores de nuevas operaciones corporativas que pudieran implicar a Google o al gigante AOL. Ni siquiera el desistimiento de Microsoft se considera del todo definitivo: ¿estará buscando que el mercado ajuste el valor de los títulos para volverlo a intentar?

Parece claro que la operación se ha frustrado por las discrepancias en el precio de las acciones: el equipo ejecutivo de Yahoo! exigía 37 dólares por título, pero Microsoft no quiso subir su puja más allá de los 33 dólares, en todo caso por encima de los 28 dólares de cierre de cotización en Bolsa la pasada semana y los 19 dólares que atribuía el mercado antes de que, a finales del pasado enero, se anunciara el intento de adquisición. Que acabe cayendo, en próximas semanas, por debajo de ese último precio no deja de ser una posibilidad.

Quizás lo más interesante de la operación frustrada sea que ha propiciado un acercamiento de Yahoo! a Google, cuyo alcance es por ahora muy difícil predecir, pero que no parece encajar demasiado con la estrategia en que unos y otros andan inmersos, más orientada a la complementariedad y la incursión en nuevas líneas de negocio, que centrada en simplemente sumar cuota de mercado y dimensión en ramas coincidentes de actividad.

Lo que subyace en el mundo de internet es la búsqueda de un modelo de negocio que, por ahora, no pasa de aproximar intentos, no del todo consolidados ni definitivos, pero que están propiciando incursiones de los llamados gigantes en segmentos adyacentes o relacionados para dar con él. Y, entre todos, Google parece ser, de momento, quien ha conseguido acercarse, asumiendo más y mejor que otros que la generación de recursos ha de venir por vía publicitaria, tras infructuosos intentos de cobrar por el uso de la Red. Aunque su posición no es lo suficientemente afianzada como para no temer la entrada en competencia directa de Microsoft, que es justo lo que buscaba adquiriendo Yahoo!

El aparente galimatías se complica con otras incursiones colaterales directa e indirectamente relacionadas, en particular el ámbito de los servicios de telecomunicaciones, disputando de forma directa a las operadoras su espacio de negocio tradicional. Partida que también da la sensación de querer jugar Apple y en la que también reclaman protagonismo los grandes generadores-proveedores de contenidos. Todo, sujeto al debate no resuelto sobre la net neutrality (neutralidad de la red), que no es otra cosa que la pretensión de unos y otros por asegurar posiciones de participación en la nueva cadena de valor.

En toda esa partida, Yahoo! no ha pasado de ser un emulador, relativo y distante del rumbo estratégico adoptado por Google, tras no pocos periodos de vacilaciones y rectificación. Tan es así que, en vísperas de la propuesta de compra lanzada por Microsoft, más de un analista dudaba seriamente de su viabilidad en solitario. Y, desde entonces, no han faltado críticas a la operación, sobre todo centradas en considerar excesivo el precio ofertado y discutible su rentabilización.

Vueltas las cosas al punto de partida, resulta que el gigante informático sigue sin encontrar el modo de tomar una posición relevante en el negocio directo de internet, Yahoo! sigue abocada a un incierto horizonte de supervivencia, con escasas capacidades de liderar operaciones corporativas para ganar tamaño, y Google se beneficia de que su primacía no se vea amenazada… ¿hasta la próxima vez?

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