domingo, 25 de mayo de 2008

Los alimentos mantendrán sus altos precios al menos diez años más

PARÍS.- Los precios mundiales de los alimentos continuarán elevados por lo menos por una década, aún si caen desde los niveles que dispararon protestas en África, Asia y el Caribe durante los últimos meses, señalaron agencias internacionales en un informe.

Los altos precios, causados principalmente por la demanda de países en desarrollo, como China, pero también por el creciente interés de los inversores en los mercados a futuro de materias primas, dañarán más a los países más pobres, aunque también se harán sentir entre los habitantes más pobres de las naciones ricas.

Esa es la principal conclusión de un informe que será publicado el 29 de mayo por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) y por la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica (OCDE).

El informe, un análisis anual sobre el panorama del suministro de alimentos para la próxima década, ofrece poco consuelo a la casi duplicación del precio del trigo, el arroz, las semillas oleaginosas y muchos otros cultivos vitales durante el período 2005-2007.

Impulsados mayormente por la demanda de las economías en desarrollo, pero también por el desvío de los cultivos a la producción de biocombustible y al creciente interés de los inversores en las materias primas de alimentos a futuro, los precios están destinados a permanecer por encima de su promedio histórico, si no tan altos como ahora.

A pesar de que el panorama de las cosechas en el 2008 fue en general positivo, los expertos de la OCDE y la FAO señalaron que la oferta y los inventarios no serán suficientes para satisfacer las necesidades de este año y tampoco durante el período estimado, hasta el 2017.

La OCDE no ha escondido sus reparos sobre el impacto de la diversificación del maíz para la producción de biocombustibles. También están investigando si la utilización de cultivos genéticamente modificados debería ser mas ampliamente explotada a fin de mejorar la resistencia de dichos cultivos a las pestes y las sequías.

Mientras tanto, la OCDE y la FAO están dispuestas a solicitar en su informe conjunto una substancial ayuda humanitaria para combatir el riesgo de hambruna, de acuerdo al documento que sintetiza sus conclusiones primarias.

En lo que se refiere al impacto sobre los países en desarrollo, la conclusión de la FAO y la OCDE en su informe, es pesimista: "Para los pobres urbanos y para los principales países en desarrollo importadores de alimentos, el impacto será fuertemente negativo dado que aún una porción más grande de su limitado ingreso será necesario para adquirir alimentos".

Cada 10 por ciento de aumento en el precio de todos los cereales, incluyendo el arroz, agrega 4.500 millones de dólares a la cuenta de alimentos de los países que son netamente importadores de alimentos, señaló el documento.

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