domingo, 25 de mayo de 2008

Los países en desarrollo piden ayuda al G8 para energías limpias

TOKIO.- Las grandes economías emergentes del mundo pidieron a los países más ricos que les ayuden a financiar tecnologías de energía limpia, en una reunión de ministros de Medio Ambiente en Japón que intenta impulsar la lucha contra el cambio climático.

Los ministros y sus representantes afirmaron que es necesario tomar medidas urgentes para luchar contra reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero los países ricos y los que están en vías de desarrollo no se ponen de acuerdo sobre cómo repartir el gasto.

La reunión de tres días entre los miembros del G8 y economías en rápido crecimiento como China e India se produce cuando los países pobres muestran su oposición a los objetivos mundiales de reducir las emisiones, ya que exigen que las naciones más ricas reduzcan las suyas y paguen los costosos proyectos de energía limpia.

La representante de Brasil afirmó que es vital que los países desarrollados pasen sus conocimientos y ayuden a financiar la investigación de nuevas tecnologías.

"Sin duda, el sector privado tiene un papel importante (...) pero creemos que también los estados y los Gobiernos tienen un papel en ayudar a los países en desarrollo a desarrollar tecnología", dijo Ana María Fernandes en el encuentro.

Estados Unidos, en conversaciones con Japón, pidió un fondo mundial para investigar tecnologías limpias, mientras que Tokio indicó que el G8 debe tomar la iniciativa para que los países más pobres puedan hacer su parte en la lucha contra el cambio climático, al que se considera responsable de sequías, subidas del nivel del mar y tormentas más intensas.

"Necesitamos enviar un mensaje de que haremos más fácil actuar para los países en desarrollo, con mecanismos financieros y cooperación tecnológica", dijo a los periodistas Ichiro Kamoshita, ministro japonés de Medio Ambiente. "Al mismo tiempo, el G8 debe dejar clara su posición de que actuará con firmeza".

Los delegados reunidos en la ciudad portuaria de Kobe intentan impulsar las conversaciones para fijar objetivos a largo plazo en la reducción de emisiones de los gases de efecto invernadero, una tarea que se afrontará en la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno del G8 en julio.

Unas 190 naciones han acordado negociar a finales de 2009 un tratado que suceda al texto de Kyoto, en el que 37 países desarrollados se comprometieron a reducir sus emisiones en una media del cinco por ciento frente a los niveles de 1990 para 2008 o 2012, cuando expira el tratado.

Sin embargo, ahora están divididas sobre cómo crear el nuevo marco de trabajo, y puede que Japón no logre mucho apoyo este fin de semana para su propuesta de limitar las emisiones por sectores concretos, como el acero y el cemento, lo que se añadiría a las metas de cada país, ya que muchos países en vías de desarrollo temen que los objetivos por sector obstaculicen su crecimiento.

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