lunes, 2 de junio de 2008

Se tensa en Argentina el conflicto agrario

BUENOS AIRES.- El sector agrario argentino convocó este lunes a distintos sectores a sumarse a su protesta, y decenas de miles de personas participaron en manifestaciones y en un cese de actividades en varias provincias.

Los dirigentes rurales llamaron a trabajadores, empresarios, comerciantes y al público en general a realizar una demostración de fuerza contra el gobierno, luego de que, según ellos, no hubiera respuesta a sus reclamos.

Los agricultores están enfrentados con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner desde hace más de 80 días por el aumento de los impuestos a las exportaciones de granos.

La mandataria, que ha defendido el incremento afirmando que tiene como fin redistribuir la riqueza, accedió la semana pasada reducir levemente los tributos, pero los dirigentes rurales dijeron que seguían siendo altos.

El paro del campo ha consistido en la suspensión de la comercialización de granos y carnes, la detención de camiones que transportan esos productos y concentraciones a la vera de las carreteras.

Respondiendo a la convocatoria del campo para este lunes, hubo actos y marchas con tractores en distintas ciudades de Argentina, con epicentro en las provincias de Santa Fe y Entre Ríos, al norte de la capital argentina, y Córdoba, en el centro del país.

También hubo concurridas manifestaciones en la provincia de Buenos Aires, particularmente en la ciudad de San Pedro, donde el viernes las autoridades detuvieron a ocho agricultores en una ofensiva judicial contra el reclamo rural.

Comerciantes e integrantes de la industria de maquinaria agrícola se sumaron a las protestas.

"La política agraria del gobierno es un obstáculo", se quejó Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria Argentina, que reúne a los pequeños productores de todo el país. "Vamos a seguir en la protesta el tiempo que sea necesario", añadió.

Según los analistas, con las manifestaciones de este lunes los dirigentes rurales intentaron demostrar que no sólo cuentan con el respaldo de los productores, sino también con el de aquéllos que subsisten de actividades que rodean a la agricultura.

Por su parte, organizaciones afines al gobierno como los llamados "piqueteros" (grupos de desocupados) realizaron en Buenos Aires un acto de rechazo al paro del campo frente a la sede de la Sociedad Rural, una de las entidades que ha promovido la huelga que ya lleva casi tres meses.

En el Congreso, legisladores oficialistas advirtieron que "ya no se están discutiendo los impuestos", sino que "se cuestiona directamente el modelo económico" de la presidenta Fernández.

Todo esto ocurrió luego de que la mandataria viajara a Roma para participar en la cumbre de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que comienza este jueves.

Según los observadores, si las posturas continúan siendo tan radicales y los intentos de diálogo siguen fracasando como hasta ahora, este enfrentamiento sólo tendrá perdedores.

Y es que el paro agrario ya ha causado pérdidas por más de US$2.000 millones al propio campo, mientras que en los comercios los consumidores padecen la escasez de algunos productos de la canasta básica.

Además, la huelga ha empujado hacia arriba los precios de los granos en los mercados internacionales, ya que Argentina es el tercer productor mundial de soja.

Por otra parte, ha descendido algunos puntos la popularidad de Fernández, quien ha rechazado las exigencias del agro por considerarlas "excesivas".

Así las cosas, el conflicto parecer estar en un callejón sin salida y, en opinión de los analistas, sólo un cambio de actitud en ambas partes podría ahorrarle mayores perjuicios a Argentina.

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