viernes, 20 de junio de 2008

El encarecimiento de los carburantes apenas alterará el consumo en China

PEKÍN.- El aumento de los precios de los carburantes en China, el mayor en cuatro años, fue acogido este viernes con consternación por los automovilistas, pero su impacto sobre el consumo y la economía nacional podría ser muy limitado.

"No es seguro que (el alza) limite la utilización de los productos petroleros. El consumo continuó aumentando después de todas las subidas precedentes. La demanda seguirá siendo fuerte", subraya Deng Yong, de Haitong Securities.

Las tarifas de la gasolina y del diesel subieron el viernes 1.000 yuanes (145 dólares) la tonelada, y la del queroseno para los aviones, 1.500 yuanes.

El anuncio tuvo lugar el jueves durante el Diálogo Económico Estratégico, que reunió a representantes chinos y estadounidenses, y dos días antes de la reunión internacional en Yeda consagrada a la escalada de los precios del petróleo, de la que se acusa parcialmente a China por su demanda energética voraz.

Este alza se tradujo en las estaciones de servicio en un aumento del 16% para el litro de gasolina y de casi el 18% el litro de diesel. Aun así, los precios de los carburantes en China equidistan de los internacionales.

La medida "no es para nada razonable, sobre todo cuando los otros precios están tan altos. Todo aumentará con los precios del carburante", comenta Simon Yang, un comerciante de Pekín.

El ajuste, no obstante, no afectará significativamente las costumbres de la clase media emergente.

"Ya me he preparado. Y tengo los medios", declara Zhu, un funcionario que gana unos 47.000 euros anuales.

Varios sectores, como los pescadores y los agricultores, serán compensados con subvenciones.

Los analistas no prevén tampoco una ralentización relevante de la economía china, que se encamina hacia su sexto año consecutivo de crecimiento de dos cifras y que carbura, en un porcentaje de tres cuartos, con carbón.

"El impacto sobre la actividad será limitado. El petróleo sólo tiene un pequeño papel en el esquema energético de China", subraya Capital Economics.

Pero para Goldman Sachs, estas alzas, acompañadas de un aumento de las tarifas de electricidad para los industriales, representan al menos "un primer paso positivo en la asignación de recursos".

Muchos críticos del control de los precios de la energía estiman que Pekín debería dejar que la factura del consumidor subiera, con el fin de compensar con ayudas algunas categorías sociales, en vez de subvencionar a las refinerías.

China mantiene este control debido principalmente a que su principal preocupación reside en la inflación, una amenaza para la estabilidad social.

Aunque los productos petroleros pesan poco sobre el índice de los precios al consumo, las presiones inflacionistas seguirán siendo patentes.

El aumento de los precios de este viernes "recaerá rápidamente sobre el consumidor por otros canales", acentuando estas presiones, advierte Merrill Lynch.

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