viernes, 20 de junio de 2008

Ganan popularidad en EE UU negocios dedicados a vender alimentos con fecha vencida de caducidad o con envases defectuosos

CHICAGO.- Negocios administrados por los amish que venden casi regalados alimentos y medicinas vencidos están ganando popularidad en localidades rurales. Es una economía en las sombras, manejada por gente que descarta los métodos tradicionales de hacer negocios y que atrae cada vez más personas ajenas a ese grupo, golpeadas por la crisis económica por que atraviesa el país.

En esas tiendas se venden rollos de papel higiénico a 50 centavos y aderezos para ensaladas a 10 centavos la botella.

Con excepción de la leche para bebés, la Administración de Drogas y Alimentos, que regula la circulación de comestibles y medicinas, no prohibe la venta de comida o medicinas una vez pasada la fecha de vencimiento.

Solo está vetada la venta de medicinas adulteradas o que no tienen carteles apropiados.

Los amish dicen que el movimiento de sus negocios mejoró notablemente en los últimos meses, a medida que el país se hunde en una crisis económica caracterizada por los altos precios de la gasolina y los alimentos, y una crisis crediticia y en el mercado de la vivienda. Si bien algunos negocios ponen avisos, su popularidad obedece a recomendaciones que hace la gente.

En el noreste de Ohio hay al menos seis negocios de amish que venden productos vencidos y casi una docena en el vecino condado de Lancaster, en Pensilvania. Forman un verdadero circuito en al que la gente busca artículos baratos.

Los amish están diseminados por 28 estados y las mayores concentraciones están en Ohio, Pensilvania e Indiana. Son un grupo muy religioso que vive de la tierra y rechaza muchas comodidades de la vida moderna, incluida la electricidad. Algunos de sus miembros, no obstante, han dejado de lado las tareas del campo e instalado negocios o trabajan en la construcción y en fábricas.

Los amish han sido tan golpeados como el resto de la población por la declinante economía.

Estos negocios recogen artículos que han sido descartados por los supermercados porque están dañados o a punto de vencer. Son enviados a centros de reciclaje, donde se descarta definitivamente algunos y el resto es enviado a tiendas de descuento de todo el país.

Desde que descubrió estos negocios de artículos descartados, Jo Leyda, de Windsor, Ohio, dice que casi nunca paga más de dos dólares por una caja de cereal.

"Si se trata de un aderezo para ensalada que venció hace un mes, probablemente esté bien. Pero generalmente prefiero comprar cosas con abolladuras, que no hayan vencido", indicó.

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