lunes, 2 de junio de 2008

IU propone gravar los "supersalarios" de los ejecutivos y a las entidades bancarias ante la crisis

MADRID.- Izquierda Unida propone gravar fiscalmente los "supersalarios" de los altos ejecutivos, igual que los beneficios extraordinarios de las grandes empresas, especialmente de las entidades bancarias, para que los que han obtenido más ganancias durante el período de crecimiento económico se corresponsabilicen ahora de la crisis.

El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, y el responsable de Economía y Empleo, Javier Alcázar, acompañados también del coordinador de IU Aragón, Adolfo Barrena, explicaron esta propuesta, con la que se trata de dar forma a "mecanismos impositivos" sobre los "súper beneficios y los salarios de algunos ejecutivos". Asimismo, abogaron por no llevar a cabo la supresión del Impuesto de Patrimonio.

Con esta iniciativa, IU pretende cargar fiscalmente los salarios "escandalosos" de los gestores de empresas, que son entre 15 y 30 veces superiores a los de la media de los empleados. Llamazares agregó que medidas similares se están desarrollando en otros países europeos como Holanda, y pasan por garantizar la transparencia de los salarios de los altos ejecutivos, y arbitrar un impuesto sobre esos salarios para que se "corresponsabilicen de la crisis".

"Es una medida típicamente 'keynesiana' para tiempos de crisis, lo raro es que quienes se dicen de izquierdas en momentos de crisis bajen los impuestos, eso es conservador y liberal", argumentó el líder de IU, quien puso como ejemplo el 'New Deal' estadounidense, que fijaba en un 65% el tramo máximo del IRPF, "el doble que ahora en España", y elevaba al 70% el Impuesto sobre Sociedades.

Por su parte, Alcázar explicó que este nuevo impuesto tendría más carácter "pedagógico que recaudatorio", y se sumaría al ya propuesto por IU durante la campaña electoral para gravar los beneficios de las grandes entidades bancarias, y a la paralización de la supresión del Impuesto de Patrimonio.

Según dijo, esta paralización permitiría recuperar entre 1.500 y 2.000 millones de euros, y si se uniera a un mayor control del fraude fiscal, con más recursos y medios de inspección para la agencia tributaria, la inyección de dinero en las arcas públicas podría triplicar esa cantidad.

Aunque ninguno de los tres dirigentes quiso situar un umbral a partir del cual se fijaría la carga impositiva, Alcázar planteó que "como mínimo aquel que esté diez veces por encima del salario medio debería estar especialmente penalizado, o que haya una fórmula tributaria para que ese alto ejecutivo haga una aportación especial".

En esta línea, Llamazares criticó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y dijo que está de acuerdo con él en que "el catastrofismo no crea empleo", si bien resaltó que "el triunfalismo tampoco evita que se pierda". Por eso, reclamó del Ejecutivo "medidas urgentes", lamentó que éste "no se baje del triunfalismo" y criticó que apoye la transposición de la directiva Bolkestein.

Finalmente, acerca de la subida de tarifas eléctricas, consideró que es "hora ya" también de adoptar medidas de carácter social, ya que "no puede pagar igual quien consume más, una empresa, que quien consume menos, una familia". Así, apostó por tramos de tarifa progresivos, y reclamó reducir el IVA en algunos sectores específicos para ayudar a soportar los efectos de la crisis.

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