BUENOS AIRES.- Argentina quedó al borde de incumplir las ventas externas de alimentos por la escasez de stocks en los silos del puerto de Rosario, principal polo exportador cerealero, debido al duro conflcito que enfrenta a agricultores y gobierno, informaron fuentes empresariales."Siguen sin entrar mercancías al puerto y se están agotando los stocks de granos. Argentina no está cumpliendo algunos de los contratos de exportación pautados", afirmó este jueves Alberto Rodríguez, director del Centro de Exportadores de Cereales.
Según Rodríguez, al menos unos 75 buques están en los alrededores del puerto de Rosario, 300 km al norte, a la espera de poder cargar.
"Cada barco parado genera pérdidas diarias en promedio de 70.000 dólares y lo que es peor, hiere la confiabilidad del país como proveedor de alimentos", señaló Rodríguez.
Argentina exporta materias primas y manufacturas agrícolas por un valor de unos 35.000 millones de dólares, más del 50% de las ventas externas totales, y tiene capacidad para alimentar a 300 millones de personas, frente a una población local de 40 millones.
Los alimentos no arriban a los puertos debido a los bloqueos de unas 200 rutas en todo el país que llevan adelante transportistas y productores rurales, en medio de un conflicto que estalló en marzo, cuando el gobierno anunció un aumento de tributos a las exportaciones de granos, en especial, la soja.
Cinco camiones diarios fue el promedio de ingreso de vehículos con granos en los últimos cinco días al puerto de Rosario, frente a un promedio diario de 5.118 camiones en las mismas fechas el año pasado, informó la Bolsa de Comercio de esa ciudad.
"El nivel de stock en puerto es bajísimo. No entran camiones, no hay flujo de granos a las terminales portuarias y las exportaciones están en grave peligro", señaló Ramiro Costa, jefe del Instituto de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Las entidades agrarias levantaron la huelga el pasado lunes, lo que debía normalizar la comercialización de granos para exportación, pero numerosos productores no acataron la decisión y continúan su protesta en las rutas, a la espera de que el gobierno dé marcha atrás con el alza impositiva.
La situación se complicó aún más por una huelga decretada por las patronales del transporte, que impiden el paso de camiones con alimentos y combustibles en la rica Pampa Húmeda (región central), en protesta por los daños económicos que sufren al no poder cargar cereales.
Las protestas están generando graves faltas de combustible en las ciudades del interior del país, y empresarios del sector de los alimentos advirtieron que en los próximas días sufrirán millonarias pérdidas en productos como lácteos, pan y pollos.
Sergio Montiel, portavoz de la empresa alimenticia Sancor, dijo que "se están desechando entre 300.000 y 400.000 litros diarios de leche sin procesar por la huelga de transportistas".
La entidad que agrupa a las firmas de procesadoras avícolas adelantó que en un par de días se verán obligadas a la matanza de más de un millón de pollitos recién nacidos por falta de alimentos balanceados.
Mientras, el presidente del Centro de Industriales Panaderos, José Álvarez, dijo que "la mitad de los molinos están parados porque no reciben cereales", lo que provocará el cierre de panaderías en los próximos días por falta de harina para procesar.
El 60% de los servicios de autobuses de larga distancia están paralizados por la falta de combustibles, indicó la cámara que agrupa a las empresas del sector.
La puja con los productores recobró fuerza, pese a los intentos del gobierno para frenarla con anuncios de que destinará fondos de los impuestos a las multimillonarias exportaciones de soja y derivados a la construcción de hospitales, viviendas y caminos rurales.
Además, el gobierno anunció el miércoles la habilitación de un millón de toneladas de trigo adicionales para la exportación.
La actual cosecha de soja está valorada en 24.000 millones de dólares, de los cuales el gobierno pretende recaudar unos 11.000 millones vía impuestos.
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