miércoles, 4 de junio de 2008

Bernanke preocupado por los efectos inflacionarios de la bajada del dólar

WASHINGTON.- El presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed), Ben Bernanke, expresó con claridad inusual su preocupación por la bajada del dólar y sus efectos inflacionarios sobre la economía norteamericana.

"Los desafíos que nuestra economía ha enfrentado el año pasado han pesado sobre la tasa de cambio, lo que ha contribuido a una inoportuna alza de precios de los productos importados y de una inflación en los precios al consumo", afirmó Bernanke.

"Estamos atentos a las implicancias de los cambios de valor del dólar debido a la inflación y a las expectativas de inflación, y seguiremos formulando nuestra política de contrarrestar los riesgos (...), incluyendo el de una erosión de las expectativas de inflación a largo plazo", añadió en una teleconferencia retransmitida desde Washington a una conferencia que tiene lugar en Barcelona.

El billete verde se disparó después de estas declaraciones. A las 15H00, el euro valía 1,56 dólares y, media hora más tarde, no pasaba de 1,54.

"Es la primera vez que habla realmente de la debilidad del dólar. Hay también allí una advertencia, y esto causa una ligera alza del dólar", comentó Peter Cardillo, analista de Avalon Partners.

El presidente de la Fed infringió, de hecho, la regla tácita según la cual las cuestiones cambiarias son de competencia del Tesoro. "En colaboración con nuestros colegas del Tesoro, seguimos vigilando atentamente la evolución de los precios del mercado", aseguró. El billete verde se depreció mucho durante los últimos años, especialmente ante el euro, que alcanzó en abril un récord de más de 1,60 dólares.

Los gobernantes estadounidenses repiten regularmente que Estados Unidos tiene una política de "dólar fuerte", pero que son los mercados los que fijan los valores de las monedas, lo que los inversionistas interpretan como una prueba de negligencia benévola con la caída del dólar.

Es que con un dólar debilitado los productos estadounidenses resultan más competitivos en el exterior, un factor crucial en período de crisis. Como consecuencia, la balanza comercial es el principal motor del crecimiento estadounidense.

En su última reunión en abril, los ministros de Finanzas del Grupo de los Siete (G7) países más industrializados habían modificado su posición sobre el cambio y expresado su preocupación con relación a la caída del dólar.

Bernanke se declaró convencido de que a largo plazo la política monetaria de la Fed y "el vigor subyacente de la economía estadounidense" serían factores clave para asegurar que el dólar seguirá siendo una moneda estable y fuerte".

El presidente de la Fed dio a entender que no se alterará el nivel de la tasa rectora, actualmente fijada en el 2%. "Por ahora, la política parece bien situada para promover un crecimiento moderado y estabilidad de precios a largo plazo", consideró.

Los dirigentes de la Fed más ortodoxos en cuanto a la inflación, habían quedado descontentos con las últimas bajadas de tasas, decididas en nombre del crecimiento.

Bernanke reconoció la existencia de peligros de fondo inflacionario, principalmente "la posibilidad de que los precios de las materias primas sigan aumentando" y ante el nivel elevado de las expectativas de inflación.

En cuanto al crecimiento, estimó que sería sin duda "relativamente débil" en el segundo trimestre de 2008 y mejoraría luego. Pero "mientras el mercado inmobiliario, en particular los precios no hayan dado señales claras de estabilización, se mantienen los riesgos para el crecimiento", advirtió.

Tras las palabras de Bernanke, la bolsa de Nueva York subió ligeramente: el Dow Jones avanzaba un 0,20% y el Nasdaq un 0,74%.

El analista de FAO Economics Robert Brusca dijo que el presidente de la Fed "apoyó inesperadamente al dólar y enfatizó más de lo que lo había hecho recientemente sus advertencias sobre el frente de la inflación. Los mercados están reaccionando como cabría esperar".

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