lunes, 23 de junio de 2008

Cristina Kirchner recibe a los agricultores tras el fin de la huelga

BUENOS AIRES.- La presidenta argentina, Cristina Kirchner, recibirá este lunes a los líderes agrarios, después del levantamiento del paro y de cortes de carretera el fin de semana, para intentar encauzar un conflicto que durante más de 100 días afectó las exportaciones de granos y el abasto de alimentos.

Los dirigentes de las cuatro entidades más importantes de productores agropecuarios anticiparon a la prensa el domingo que acudirán a la cita que la mandataria realizó a través de una carta en la que los exhortó a analizar "los problemas del sector".

El ojo de la tormenta agraria está situado en el sistema de retenciones (gravámenes) móviles a las exportaciones de granos, en especial la soja, que el poder Ejecutivo impuso a comienzos de marzo y resultó el detonante del mayor conflicto sectorial en la historia del país sudamericano.

La soja es el principal cultivo de la fértil pampa argentina y este año tendrá una cosecha récord de 48 millones de toneladas, la mayoría de las cuales tiene como destino la exportación.

La resolución presidencial no solo incrementó la presión fiscal sobre la oleaginosa, sino que ligó la alícuota a la fluctuación del precio mundial, que está en franco ascenso. Con el nuevo sistema la soja, que se había sembrado en octubre con una retención del 27% y se le había subido la alícuota al 35% en noviembre, pasó a tributar un 44%.

Si consideramos la cotización de la soja del viernes, cuando llegó al récord de 550 dólares la tonelada, el impuesto trepó al 46% y, con estos valores, el fisco se estaría asegurando un ingreso de 12.144 millones de dólares. En cambio, si la alícuota continúa en el 35% -tal como lo demandan algunas entidades-, la cifra se ubicaría en 9.240 millones de dólares.

En los últimos cien días, los más tensos desde el regreso de la democracia en 1983, no solo renunció el ministro de Economía, Martín Lousteau, sino que se horadó la autoridad presidencial y se lesionó la economía.

Centenares de trabajadores fueron suspendidos por falta de insumos en la industria y se produjeron alzas de precios en todos los rubros, en particular en alimentos como la carne, la leche y las harinas, porque los cortes de carreteras impidieron el abastecimiento.

Los productos de la canasta básica de alimentos registraron entre el 10 y el 17 de junio un alza del 4,05% respecto de la semana anterior, según la consultora privada Equis.

Con el levantamiento de la huelga, a las cero horas del sábado, los camiones comenzaron a arribar al puerto de Rosario, el polo de acopio más importante del país y por donde se exporta el 80% de la producción de granos (300 kilómetros al norte de Buenos Aires).

El cese de comercialización de granos y el bloqueo de carreteras afectaron dramáticamente la actividad: el 85% de la cosecha viaja en camión y entre marzo y julio se concentra el 60% del transporte de granos.

El trabajo ahora es febril en las terminales portuarias, ya que 120 barcos esperan ser abastecidos para distribuir su carga en los mercados del mundo, según el diario Clarín.

En paralelo a la reunión con Kirchner, el Congreso tiene previsto comenzar a debatir esta semana el polémico impuesto. El poder Ejecutivo envió un proyecto al Parlamento el martes, días después de un ensordecedor golpeteo de cacerolas con el que los ciudadanos manifestaron su apoyo al campo, pero también su hastío por el prolongado conflicto en las principales ciudades.

La participación del Parlamento era una demanda de los agricultores, que confían en convencer a los diputados provinciales para imponer cambios en el proyecto, pese a la mayoría del gobernante peronismo en ambas cámaras.

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