miércoles, 11 de junio de 2008

Desabastecimiento en España y Portugal por la huelga del transporte

MADRID.- La huelga del sector del transporte en España y Portugal en protesta por el alto precio del carburante se seguía este miércoles con incidentes y empezaba a provocar desabastecimiento en varios puntos de la península, además de paralizar la industria del automóvil en España.

En el aeropuerto de Lisboa los aviones dejaron de abastecerse de carburante a excepción de los vuelos prioritarios, mientras que en la región de la capital portuguesa y en el noreste de España se transportó el gasóleo con escolta policial.

Después de dos días de huelga y cortes de carreteras el tráfico recuperó la normalidad en la frontera entre Francia y España en el paso de Le Perthus, ya que los camioneros franceses en huelga levantaron los piquetes y los españoles fueron desalojados por la policía y desbloquearon 4.000 vehículos.

En el otro punto fronterizo conflictivo entre Irún y Biriatou, continuaban los cortes.

Varias cadenas de supermercados portugueses manifestaron su preocupación por la penuria de productos frescos, sobre todo la leche.

En España, donde los cortes de carreteras seguían provocando atascos en las entradas de las grandes ciudades, los principales mercados mayoristas ya no reciben alimentos frescos.

El principal mercado de Madrid aseguró que su capacidad de refrigeración descarta "en lo inmediato" un riesgo de penuria.

La leche, los huevos, la carne fresca y el pescado empiezan a faltar en algunos supermercados, mientras que las frutas y verduras datan del fin de semana.

La situación se agravó porque muchos consumidores se lanzaron a comprar a los supermercados por miedo a que la huelga les deje sin existencias.

Según la Federación Españolal de Asociaciones de Productores Exportadores de Fruta, las pérdidas por la huelga se elevan a 24 millones de euros al día desde el lunes.

En Galicia, muchas explotaciones se vieron obligadas a tirar la leche debido a que los piquetes no dejaron circular a los camiones.

Pero la huelga afectaba sobre todo a las fábricas de automóviles, que están parcialmente paralizadas debido a la falta de suministro de piezas.

El problema podría extenderse a fábricas de otros países europeos que dependen de las autopartes que se construyen en España, según algunas fuentes del sector.

El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, advirtió que el Gobierno "actuará con la mayor firmeza" contra los piquetes y prometió garantizar el abastecimiento de alimentos de primera necesidad y de autopartes.

La huelga se celebra con incidentes en España y Portugal, donde el martes murieron atropellados dos camioneros que participaban en piquetes para obligar al cumplimiento del paro.

En España varios camiones fueron incendiados. Desde el martes fueron detenidos 51 huelguistas en España. En Portugal, dos camiones fueron incendiados por la noche.

Las dos organizaciones minoritarias de transportistas españoles en huelga reanudaron este miércoles las negociaciones con el Gobierno.

El Ejecutivo llegó el martes a un acuerdo con las principales organizaciones del sector, que no secundan la huelga, que incluye 54 medidas para hacer frente al alza de precios del gasóleo y pidió a las entidades en paro que los acepten.

Pero el presidente de Fenadismer, Julio Villaescusa, advirtió este miércoles de que no "firmará un documento que no incluya nuestra principal reivindicación", es decir, una tarifa mínima obligatoria para el transporte para evitar el 'dumping' de algunos.

Mientras, la Confederación del Taxi en España ha convocado un paro de 24 horas para el viernes 13 de junio, en respuesta a la propuesta de Fomento de modificar la tarifa interurbana aumentando un céntimo de euro por kilómetro recorrido. Los taxistas advierten de que el paro puede incrementarse si no se alcanza un acuerdo al respecto.

Por su parte, la Comisión Europea estimó este miércoles que los países europeos "pueden y deben tomar medidas para apoyar a los más desfavorecidos" frente al precio del carburante, aunque dijo que no se debe "aplazar la adaptación" a una economía menos dependiente de los hidrocarburos.

(Abrantes, en la línea férrea Madrid-Lisboa)

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