lunes, 16 de junio de 2008

El euro y el dólar, incordiados por vientos opuestos

LONDRES.- Entre una inflación europea récord que augura una próxima alza de las tasas en la Eurozona, la presión del G8, el 'no' de Irlanda y la especulación sobre el fin de la flexibilización monetaria en Estados Unidos, el euro y el dólar eran tironeados este lunes por fuerzas opuestas.

Hacia las 15H00, un euro valía 1,5498 dólares frente a los 1,5384 dólares del viernes hacia las 23H00. La moneda europea se cotizaba también al alza frente al yen, a 167,39 yenes contra 166,38 el viernes. El billete verde perdía terreno frente a la moneda nipona, a 108,02 yenes por un dólar, contra 108,15 el viernes.

La divisa europea, que pasó la semana pasada de 1,58 a 1,54 dólares por un euro, se recuperó este lunes gracias a la publicación de cifras sobre la inflación europea: el euro se fortalecía frente al dólar, manteniéndose por encima de los 1,54 dólares, frente a una cotización en torno a 1,53 el viernes a media jornada.

La inflación en la zona euro subió en mayo a un 3,7% interanual, un nuevo récord histórico desde la creación de esta zona en 1999, según una segunda estimación de la oficina europea de estadísticas, Eurostat.

El alza récord de los precios al consumo aumenta las expectativas de una próxima alza de las tasas por parte del Banco Central Europeo (BCE). "El BCE apretará el gatillo y aumentará sus tasas del 4% al 4,25% en la reunión de julio", comentó Howard Archer de Global Insight.

"No excluimos modificar nuestras tasas en la próxima reunión", advirtió el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, durante el último encuentro de política monetaria de la institución, una declaración inesperada para los mercados, que hasta entonces esperaban un recorte de las tasas.

Los bancos centrales, confrontados a la dolorosa ecuación de reactivar el crecimiento (a través de un recorte de tasas) o de controlar las tensiones inflacionistas (a través de un alza de las tasas), privilegian este último camino.

Los responsables estadounidenses han multiplicado durante las dos últimas semanas las advertencias de una posible alza de las tasas con la esperanza de salvar el dólar de una depreciación demasiado fuerte.

El presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, sugirió que se acerca el fin del periodo de flexibilización monetaria lanzado en septiembre pasado para hacer frente a la desaceleración económica generada por la crisis de los créditos inmobiliarios de riesgo ('subprime').

Las cifras de los precios al consumo en Estados Unidos, publicadas al viernes, confirmaron los temores de una disparada de la inflación al mostrar una aceleración en mayo, en relación al mes anterior, superior a lo esperado por los analistas.

La atmósfera favorable a un regreso al dólar fuerte durante la reunión de los ministros de Finanzas del Grupo de los Ocho (G8) en Osaka, Japón, el viernes y sábado pasados, también penalizó al euro. La mayoría de los ministros del G8 reclamaron un dólar fuerte en las conferencias de prensa que tuvieron lugar tras la reunión. "Un dólar fuerte está en el interés de nuestra nación", insistió el secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson.

Como los presidentes de los bancos centrales no fueron invitados a la reunión de Osaka, el comunicado final de la cita no habló específicamente del tipo de cambio. Esta ausencia de referencia explícita a las divisas finalmente afectó negativamente al dólar, y decepcionó a los cambistas, estimó Melinda Smith, del ABN Amro.

Finalmente, el 'no' irlandés al Tratado de Lisboa no juega a favor del euro. El tema "será discutido hoy (lunes) por los ministros europeos pero no se hallará una resolución rápida antes de la cumbre del jueves, con discusiones sobre una integración a dos velocidades que no aportará ningún consuelo al euro", comentaron los analistas del Commerzbank.

No hay comentarios:

Publicar un comentario