lunes, 23 de junio de 2008

La banca española necesita 62.000 millones más para financiarse

MADRID.- Mayo terminó con alegrías. Incluso parecía que, por fin, los mercados financieros se empezaban a abrir y se veía la luz al final del túnel. Había motivos para la ilusión porque entre el 2 de abril y el 14 de mayo, bancos y cajas de ahorros españoles consiguieron financiación por 17.000 millones de euros en los mercados. En los últimos días, Caja Mediterráneo (CAM) consiguió 1.000 millones con cédulas hipotecarias y Caja Madrid 1.600 millones con una emisión de deuda a dos años, según publica "El País".

Pero esta situación dista mucho de ser tranquilizadora porque las entidades españolas necesitan conseguir 62.000 millones más hasta fin de año para hacer frente a los vencimientos. Es decir, diferentes instituciones les prestaron dinero que este año tienen que devolver. La banca lo ha cedido a sus clientes con lo que ahora tiene que emitir otros activos para pagar a sus deudores.

Según José Luis Olivas, presidente de Bancaja, bancos y cajas necesitarán 175.000 millones para pagar los vencimientos y prestar a los clientes. Conseguir este dinero no parece una misión fácil porque los mercados siguen secos, con un Euríbor disparado al 5,40%.

Los analistas creen que éste será uno de los asuntos clave en lo que queda de año. Desde instancias oficiales se le quita hierro a la situación y se apela a la fortaleza de los balances de las entidades españolas, "que son envidiadas en Europa". Pero Miguel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, apuntó el problema al reconocer, en la presentación del Informe Anual, que "continúan bloqueadas las colocaciones entre inversores institucionales".

El nerviosismo que provoca esta situación se reflejó en las palabras recientemente pronunciadas por Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB). En su opinión, la sequía de los mercados es más grave que el crecimiento de los impagados. "La morosidad no es el problema porque el sector está acostumbrado a gestionarla".

Martín cree que los quebraderos de cabeza llegarán "si los mercados financieros no se normalizan". No es la primera ni la segunda vez que lo dice. Lo grave es que insista cuando sólo quedan seis meses para que acabe el año.

A la banca le aprieta el zapato y el Banco de España lo sabe. Por eso, el supervisor fue el motor de las primeras emisiones. En abril incitó al Santander para que lanzara la primera. Luego le siguió Caja Madrid, La Caixa, el Sabadell, Bancaja, etcétera. Curiosamente, el BBVA es el gran ausente de la lista de emisores, un hecho que quizá no ha gustado al supervisor. La entidad vasca sostiene que su holgada situación de liquidez no le exige emitir papel y que por realizar una emisión testimonial no se solucionará nada.

Pero ¿quién ha adquirido el papel de las entidades españolas? Siempre es difícil conocer el comprador final porque primero puede ser uno que lo vende a otro. No obstante, diferentes fuentes del mercado afirman que más de la mitad de los casi 20.000 millones colocados está en manos de otras entidades españolas.

Es decir, la supuesta apertura de los mercados mayoristas tampoco habrá sido para tanto ya que las entidades españolas con más liquidez estarán echando una mano a las que están más ajustadas. Este es el caso de Caja Navarra, que reconoció que sólo "un 25% de la emisión ha sido suscrita entre inversores extranjeros".

¿Qué pasa si los mercados siguen secos y las entidades necesitan esos 62.000 millones? Tienen varias posibilidades. La primera es pagar más a los inversores para convencerles de que compren su papel. Otra posibilidad es acudir al Banco Central Europeo (BCE) donde siempre les prestarán dinero al 4% (por ahora), pero a plazos muy cortos. La presión del sector no ha logrado que el BCE preste dinero a uno o dos años de plazo.

Acudir al BCE es seguro, pero tiene un problema reputacional. "En España está demonizado, aunque sea normal en otros mercados", reconoce un ejecutivo bancario. De hecho, ninguna entidad admite que acude a la entidad que dirige Jean-Claude Trichet. Fuentes bancarias piden que de las cantidades pedidas desde Madrid se desglosen para diferenciar las que son de entidades españolas y las que son de filiales de bancos extranjeros.

Otra solución podría ser recurrir a los depósitos de los clientes, en detrimento de los fondos, cuyo patrimonio ha caído más del 20%. También pueden vender participaciones industriales para compensar este déficit financiero, aunque no es el mejor momento de Bolsa. Otros apuntan a que el ICO será quien acabe adquiriendo las emisiones del sector financiero español si se agudiza la iliquidez.

No obstante, pagar más a los inversores exige elevar el precio de los créditos, lo que es una estrategia complicada en tiempos de crisis. Si ya se está frenando el negocio, una subida adicional de los tipos de los préstamos podría congelar la demanda. Pero si la entidad no sube el precio del dinero, se le estrecharán los márgenes y, por lo tanto, el beneficio.

El síntoma

A estas alturas, que el mercado atraviesa por dificultades importantes es ya una verdad extendida y aceptada. Y uno de los síntomas más claros del mal funcionamiento del mercado es la dificultad de encontrar financiación para emisiones con la máxima calificación de solvencia, la triple A. Ni con los mejores avales se encuentra dinero dispuesto a aceptar riesgo. Por mínimo que éste sea.

Esta situación preocupa a las cajas de ahorros. Sin embargo, como dice un ejecutivo bancario, "ser una entidad española (banco o caja) ya es un problema para levantar financiación; y si eres una caja mediana o pequeña, peor. Los inversores internacionales han dividido en dos a las entidades: de las que se fían y de las que no. Las calificaciones ya valen para poco".

Con este panorama se explica la preocupación de Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de Banca, y del Banco de España.

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